Si hay he aprendido algo de los Autralianos con los que vivo es que les apasionan las barbacoas. Si les preguntas por la comida típica es un gran filete de carne cocinado al aire libre. Es toda una filosofía, totalmente reflejada en las películas americanas. Escenas que hemos visto mil veces, con el padre de familia con el delantal y con una cerveza en la mano, mientras los niños juegan en el cesped y se reunen todos los amigos para pasar el día.

Viéndolo asi resulta evidente que es una manera de pasar el día y que es mucho más que comer carne de una manera diferente. Por cierto reseñar, que el dato de la cerveza en mano mientras se cocina es importante, pues es necesario ir echando un poco por encima de la carne de vez en cuando.

Y bueno, seguramente vosotros tendreis en la mente la imagen de la barbacoa, con su carboncete, alguien con un abanico o soplando para conseguir quemar las ascuas… Ay Piltrafillas!!! Que sois unos piltrafillas!!! No estais preparados para ser barbacoadores profesionales. Hay que aprender de los maestros. Y si no imaginaros mi cara cuando Brett, el australiano de mi piso, nos mandó un mail informándonos de que estaba hecho y no había retorno. Se había comprado una barbacoa. Y nos adjuntó una foto. Esta:

¿Acojona, eh? Normal, sobre todo si tenemos en cuenta que el único sitio que tenemos para hacerlo es un huequillo del balcón que tiene una de las habitaciones (lamentablemente no la mía).

Para poder satisfacer las exigencias de los paladares más exigentes hay que preparar todo el equipo: pincho, raspador, delantal, cerveza… (Espero que esteis tomando nota).

Pues si muchachuelos, sigamos con la información útil. Pensabais que ahora que teneis que echarle un poquito de sal a la carne y a la barbacoa no?… Piltrafillas, piltrafillas… os habeis olvidado de lo más importante (vaya bronca me llevé ;D). Os habeis olvidado de macerarlo!!! Por Tutatis!!!

Ire aprendiendo modos de macerar la carne según lo hacen estos piezas australianos. De momento os pongo el método básico:

1) Se colocan los filetazos, costillas, chuletillas o lo que sea en un recipiente, donde se echa un chorrito de salsa de soja, de manera que valga para empapar todo.
2) Se pica un par de dientes de ajo por encima de la carne.
3) Se echan unas gotitas de aceite de sésamo.
4) Se echa por encima (atención) un poco de azúcar moreno (Si. Azúcar. Nada de sal).
5) Se lava uno las manos y a «masajear la carne». Que quede todo bien rebozadito con el unte.
6) �am �am!!!

Por favor. Prestad atención a un pequeño detalle atado a la barandilla…. Si. Efectivamente. Una antorcha. No estamos flipaaaaossss!!! Que vaaaa!!!! Lástima que el tiempo no acompañara mucho y no la estrenaramos… Se esperará al momento apropiado. jeje.

Ahora que ya teneis las nociones básicas y habeis superado el nivel 1 de Barbacoar y el certificado de Señor de las Chuletas, ya podeis hacer barbacoas sin vergüenza. A darle gusto al buche!!!

PD. Esto cada vez es más un blog gastónomico!!! Zampar Zampar Zampar!!!