No se asusten sus mercedes por el título del post. No es este un turrón filosófico. Es simplemente el reflejo de nuestra visita al hospital hoy, a ver como se encontraba el recién nacido bebé de una de nuestras compañeras de trabajo, Eva.

Sietemesino, como la madre, Francisco José decidió que no podía esperar más para ver el mundo. Esas prisas le van a costar un mes en el hospital en lugar de en útero materno, pero ya abre los ojos, observa, zampa y hace que se nos caiga la baba. A todos.

Pequeño ser. Muy pequeño ser. Todo su tronco me cabía en la palma de la mano.

Hasta ahora, y demos gracias, no había tenido que entrar en hospital en esta isla británica, pero me ha sorprendido que según entras tienes que aplicarte una loción mezcla de gel y alcohol en las manos, para acabar con todo microbio que pudieras portar en tus palmas. Este proceso se repite otra vez al entrar en la sala de maternidad y una tercera vez, lavandose las manos y volviendo a aplicar el gel antes de entrar a la sala de los bebés. Máxima higiene muchachos.

Pues te doy la bienvenida al mundo, pequeño Paco Pepe. Y le doy mis más sincera enhorabuena a los papis, que espero que este regalo les colme de felicidad. A los demás os dejo babicayentes y os deseo un buen fin de semana a todos. Sed buenos!!!