Ya hemos hablado con anterioridad de la facilidad con que se nos contenta a los seres humanos. Especialmente a los que como yo nos hemos levantado esta mañana, para en la batalla diaria con la legaña y el despertador dejar entreveer con un poco de luz como una fina capa de nieve cubría Londres.



Un pequeño regalo mañanero ya extinto a estas horas. Nada de nada. Aún así una alegría, porque me ha recordado las guerras de nieve, las caidas imposibles, los derrapes ciclistas en Karlsruhe… Además ya sabeis que la nieve en la ciudad si dura poco es de lo más chulo. Si dura mucho, como bien decían los amigos Erasmus en los paises nórdicos, se convierte en la mierda blanca. 🙂 jejeje.


Llegando a la torre oscura, central de los crispis donde trabajo, las vistas eran preciosas. Desde arriba del todo, como Saruman en Isengard, se podía ver nieve hasta donde alcazaba la vista.

Confiemos en que los próximos días siga haciendo el mismo fresquito invernal y tenga la posibilidad de acercarme a los puntos turísticos a ver la cara que nos muestran. Me apetece ver el Big Ben con nieve!!! 🙂 ¿Y a vosotros os a nevado ya? (Chus, tú en Canarias no cuentas!!!)