La historia la escriben los ganadores, que para eso ganaron, para poder reescribirla a su antojo. ¿Pero nos hemos preguntado alguna vez si los buenos eran tan bueno y los malos tan malos? Seguramente sí.

¿Y con respecto a los cuentos? ¿Hemos dudado alguna vez de la maldad del lobo de Caperucita o de las oscuras intenciones de la malvada madrastra de la Cenicienta? ¿Y que me decís de esa bruja del Oeste que martirizaba a la pobre Dorothy cuando esta sólo quería regresar a Kansas, con su Toto? Realmente malvada… o no?

Esta es la premisa con la que se podría resumir Wicked. Un musical basado en un libro de Gregory Maguire llamado Wicked: Memorias de una bruja mala en la que se cuenta la verdadera historia (u otra interpretación) y la serie de tergiversados acontecimientos que llevaron a Elphaba, la poderosa bruja del Oeste a ser odiada y temida por el pueblo de los Munchkins. Y es que Wicked poner patas arriba el mundo del mago de Oz, en una trama mucho más interesante que los saltitos por baldosas amarillas del original, creando una historia de amistad, amor, humor, celos y traiciones.

De las espectacularidad del mismo ni hablamos. Se presupone y sin temor a equivocarse. De lo mejorcito que he visto, con unos cuantos momentos que te ponen la carne de gallina y te encogen el corazón.

Especialmente interesante es el segundo acto cuando los acontecimientos de la obra se desarrollan paralelamente a lo que iba sucediendo en historia original,
haciendo partícipe al público de un juego de guiños y detalles ampliamente disfrutable que como un rompecabezas encaja perfectamente. Os contaría mil cosas, pero creo que os dejaré con el caramelo en la boca, la historia merece la pena ser descubierta por vosotros mismos. Os dejo que rebusquéis en los recovecos de la imaginación como la bruja del Norte consiguió toda la fama y el cariño mientras que la del Oeste sólo el odio y el rechazo.

Ampliamente recomendable por mi mismo (me lo pase genial) si estáis buscando un musical para ver por Londres y si os encantó el Rey León.

¿Os atrevéis a reescribir la historia?