Amigos míos, llega un momento en la vida diaría de todo ser vivo en que hay que engullir, papear, comer, bien sea por pura necesidad o por darle gusto al sistema digestivo. Llegados a este punto hay que asumir ciertos riesgos. Por ejemplo, entrar en el Macudonarudo (antes conocido como Mc Donald’s), no supone mucho riesgo, pero pierde parte de la gracia además de que deluce tu linda figura. Así que me acogí a los dioses del maloseráa y decidí entrar a comer Sushi a uno de esos lugares que no tienen ningún caracter reconocible (ni los números!!! ¿Cuanto pagaría?) pero sobre todo por eso de saber que al venir los alimentos transportados por cinta, siempre se puede confiar en la vista más que en el azar a la hora de elegir algo en el menú.

Sushi 01

Sushi 06

Muy amablemente me sentaron a la barra, mientras me hablaban (da igual que no entiendas nada, ellos son tan educados que te siguen hablando, deben estar diciendo algo como: «Está todo mu rico, te vas a poner como la moñoños, que se te ve bien criado con esos mofletes…») y rápidamente me percaté de un elemento con el que no contaba en la mesa. Teníamos palillos, soja, una especie de tarro rojo, lleno de algo que parecía como washabi en polvo y que por lo tanto me negaba a probar, mis palillos, una servilleta calentita, y un grifo. Quietoparao! Un grifo? Habré de preparar algo? Lavar yo mismo los platos una vez terminado? Que se espera de mí?

Sushi 02

Sushi 03

Decidí dejar que el destino aclarara la tremenda aflicción que me atormentaba, mientras calmaba el ánimo ñampazampando sushi y haciendo dotes de mi avanzado japonés pidiendo una cerveza de barril (esto si que lo he aprendido rápido): Nama Biru Kudasai. Y mientras tanto, amigo Sancho, donde fueres haz lo que vieres. Habría de esperar al lado del grifo hasta que alguno de los comensales que se sentaban en derredor hiciera uso del mismo. Y mientras tanto, más sushi a la andorga.

Sushi 04
(Cómo suben los platitos… tan monos ellos)

Resultó tan evidente como sonrojante. Mi vecino gastronómico abrió lo que yo consideraba wasabi en polvo, agarró una tacita que se hallaba semioculta detrás de las cartas de menú (fijaros ahora en las primeras fotos), y echo unas cucharadas del verde elemento en la misma para acto seguido apoyarla contra el botón lateral del grifo y ver como el agua caliente rellenada preparado un sabroso aunque amargo té. Desarmado por una infusión.

Sushi 05