El koyo es fascinante. Sólo ha hecho falta un pequeño cambio en los colores del Ginkgo Biloba para que la gente se lance en masa a contemplar su increible metamorfosis. Gente feliz, risas, miles, miles, miles de cámaras, miles, miles, miles de japoneses paseando por Icho-Namiki, rodeado de luces doradas, de potentes amarillos que se recortaban nítido y claros contra un despejado cielo azul intenso. El Otoño al máximo.

Gaienmae 21

Gaienmae 04

Gaienmae 03

Gaienmae 08

Gaienmae 11

Gaienmae 14

Gaienmae 25

Gaienmae 24

Gaienmae 23

Gaienmae 26

Gaienmae 31

Gaienmae 29

Gaienmae 33

Gaienmae 28

Gaienmae 20

A veces los regalos llegan cuando menos te los esperas. Me pasé el fin de semana en esa calle.

Perfecto.

Gaienmae 22

Gaienmae 15
Aún más fotos (…estaba desatado!) aquí.