Porque una imagen vale más que mil palabras y un video vale más que mil imágenes (o al menos tantas como 24 por segundo) aquí tras unos cuantos problemas técnicos (ya solucionados) tienen lo que viví y cómo lo viví más o menos… para quienes no padezcan de vértigo, claro.

No hace falta, a menos que así lo deseen, verme hacer el moñas en toda su extensión. Basta que avanzar hasta el 7:15… Y si esperan al final podrán ver un muy digno culizaje contra el suelo. 🙂