Le debo muchísimas cosas a Marta, además de haberme permitido ser uno de los inquilinos forzosos más longevos de su sofá cama, de haberme descubierto los placeres de la música en vivo y haberle dado junto con Gsu, una mucho más rockera visión de Londres. Le debo infinidad de pintas en los más pérfidos antros y unos cuantos viajes que se recorrían a golpe de risa. Mi familia de orillas del Tamésis estaba llena de pequeños grandes momentos con ella que se quedaron en la memoria cuando casi todos nos fuimos dispersando, lo que me lleva a darme cuenta de que hace ya demasiado que no nos vemos.

Marta 02

Ha sido una sorpresa recibir la invitación de Ignacio a escribir como artista invitada en su blog, en honor a las mil entradas. Sobre todo ha sido una sorpresa leer la palabra artista asociada a mí. Como de artista tengo poco y de cosas interesantes que contar aún menos -excepto que me hayo en un país que Ignacio aún no ha pisado- aprovecharé para conmemorar el momento y contar lo que Ignacio y su blog han supuesto para mí.

Verán, yo, desde mi tierna juventud coleccionaba recortes del suplemento semanal sobre viajes y otras ciudades, me sabía de memoria las fotos del libro Maravillas del Mundo y envidiaba calladamente a aquellos afortunados en haber conocido otros lugares allende nuestras fronteras, especialmente los que yo consideraba como más civilizados que nosotros.

Finalmente con la universidad empecé la lenta peregrinación de mi vida a otras ciudades por largos periodos, que me abrirían las puertas a nuevos sitios, nuevas gentes y sobre todo a muchas y diferentes culturas y modos de ver la vida. Y es que todo es relativo. Una chica andaluza me dijo que me envidiaba porque yo viajaba mucho, refiriéndose a las peregrinaciones anuales norte-sur de España que hacíamos para ver a la familia. Imagínense mi sorpresa.

Con el tiempo además aprendí que la aventura no era mi plato fuerte. Una vez asimilado, es mucho más fácil gozar de las aventuras de otros que de haber sido las mías propias.

Estando a mitad de proceso de asimilación de los puntos de referencia y las ganas de aventura, conocí a Ignacio, también a mitad de camino en algún proceso de asimilación de alguna cosa…

Vino a trabajar a la misma oficina y no me produjo ninguna primera impresión digna de mencionar, pero pronto empezó a dejar huella. Un día me comentó que había empezado un blog para que le siguieran desde casa y cuando lo leí me dije: esto es lo que yo hubiera hecho y prácticamente escrito, cuando llegué a UK.

Desde entonces quedé enganchada a su forma de presentar la vida. He tenido la suerte de compartir muchos momentos y descubrimientos en compañía de Ignacio y conozco de primera mano la diferencia entre lo que es y lo que él ve, que sabe sacar lo mejor de las situaciones, de las gentes y de los lugares.

Su blog me ha permitido el escapismo que mis limitaciones personales no han propiciado y me ha proporcionado viajes mentales, conocimiento y orgullo. He bebido sus entradas casi diarias como el café de la mañana que me devuelve a la vida, sus fotos me han transportado y emocionado como la música hace de electrodos cerebrales para que circulen mis emociones y he mostrado su trabajo con el orgullo de quien se sabe con un amigo excepcional.

Espero poder seguir disfrutando de esta ventura y compartir las suyas durante mucho tiempo. Vivan las 1000 entradas, y que sigan muchas más.

Marta 01