No fuimos demasiado originales. La verdad es que no. Junto al planetario, hacinados junto a otros miles de madrileños pudimos ver la luna enrojecida elevarse por encima de la ciudad. El eclipse lunar que anoche paralizó a una ciudad que se viene arriba con muy poco y la llenó de curiosos, de cámaras de fotos, trípodes y gente disparando con flash hacia la inmensidad del universo. Eramos muchos, sí, pero en cuanto la gente subió su foto a las redes, dejando constancia del «aquí estoy», se empezó a evaporar y allí nos quedamos menos de la mitad para terminar de ver de una manera más cómoda el fenómeno. Convendrán conmigo: La gente es maravillosa.

No suelo planear el hacer fotos a estos eventos, pero cuando Alicia (que del cielo y astrofotrografía no se pierde una) junto con los chicos de Salta Conmigo (que se encargaron altruistamente de las viandas) me lo propusieron, me animé sin saber muy bien si sería capaz de obtener algo decente. Creo que se salva el expediente, pero hacer fotos al cielo nocturno, sigue siendo una técnica con la que me cuesta estar contento. De todas maneras y a pesar de la primera parte con algo de nubes y bruma, mereció la pena no solo el hacer fotos y compartir el momento con amigos, sino de disfrutar este momento tan poco habitual porque sí. Creo que la próxima habrá que planearla con más tiempo y diseñar  la foto con anterioridad, eso si que puede ser divertido. Mientras tanto, aquí quedan estas, unas de tantas millones de fotos que se hicieron ayer, pero bueno, estas son las mías. 🙂