Dejamos atrás la Inglaterra neolítica, prehistórica, para adentrarnos en la medieval. Recorriendo desde el suroeste al sureste inglés pudimos disfrutar de unas muy interesantes catedrales.

Salisbury es la ciudad relativamente importante más cercana a Stonehenge y a pesar de su aire medieval lo cierto es que merece la pena parar aunque sea una horita a disfrutar de su catedral.

Una enorme aguja que sobresale por encima del llano paisaje y que se puede ver a bastantes kilómetros. La llegada en coche fue francamente espectacular. Esta catedral empezó a construirse en el siglo XI y terminó en el XIII y cuenta con la torre más alta de Gran Bretaña con una altura de 123 m de alto. Acompañandola y siguiendo con los records están los jardines más grandes que pertenecen a una inglesia de todo Reino Unido.

Seguimos nuestro recorrido hacia Winchester que a la mayoría de vosotros os sonará de ese famoso rifle con que hacían alarde de puntería los vaqueros en el salvaje Oeste. Nada más lejos de la realidad. Winchester fue la ciudad más importante de Inglaterra y por lo tanto su capital durante los siglos X y XI. Fue por lo tanto el corazón del reinado de Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. Mesa que aún se puede ver si llegas a tiempo en el City Hall.

La catedral de Winchester, en mi opinión mucho menos impresionante que el resto, es tras la Catedral de San Pedro en el Vaticano el edificio católico más largo del mundo resultando, como os podreis imaginar, especialmente impacatante a lo ancho pero no a lo alto. Podeis curiosear un poco más en la página oficial.

Y por último, mi recomendación personal si teneis que ver alguno de estos sitios. Canterbury. Por su expléndida catedral, por su ambiente universitario y porque conserva un aire medieval en sus calles.

La catedral es de las que te deja boquiabierto. Además se nos pusieron los pelos un poquito de punta al oir a un coro cantar a pleno pulmon y dejandose oir por los todos los huecos y recovecos del edificio.

Impresionante estructura, impresionante claustro, impresionantes jardines e impresionante todo. Una visita obligada a pesar de tener que acoquinar como todo hijo de vecino la entrada. En caso de habernos negado y dado que la catedral esta rodeada por casas formando un patio cerrado, habría sido imposible el ver más que la parte de arriba de las torres en la lejanía. Asi que incluso para dar la vuelta por la catedral hay que vaciarse los bolsillos. 🙂