Según se sube de latitudes y uno (sea persona o glaciar carambanal) se acerca al círculo polar ártico los días en invierno se hacen tremendamente cortos y enormemente largos en verano. Si nos vamos a los dos extremos tendremos la noche polar en invierno, cuando el sol no llega nunca a aparecer (en el solsticio de invierno) y el sol de medianoche cuando el sol no se pone nunca (en el solsticio de verano).

Una locura para cualquier organismo que se precie, salvo para los que cultivan verduras que alcanzan unas dimensiones descomunales tras tanto tiempo de sol. Jejeje. 🙂

En Islandia este fenómeno se produce solo en las partes más al norte que son las más próximas a dicho circulo polar y solo durante los meses de veranete. Nosotros como fuimos en una época que ni chicha ni limoná, nos encontramos con un día muy próximo al nuestro aunque teníamos más de 14 horas de claridad. Lo más curioso es que a diferencia del ecuador en el cual el sol hace un movimiento perpendicular a la tierra calentando el cogote al mediodía, en esta zona no hace falta girar el cuello para verlo pues se encuentra moviendose casihorizontalmente.

Esto que puede parecer más o menos curioso, tiene una aplicación muy práctica fotograficamente hablando. El sol tarda bastante más en ponerse, por lo que lo atardeceres que generalmente duran unos pocos minutos aquí podían durar más de una hora. Más todo el tiempo de claridad que resta…

Nuff said. 🙂 Hora del recreo!!! Hora de jugar!!













Y como infiltrado y por aclamación de los amigos de la lorza y el michelo… la estrella invitada:

A la salud de ustedes!!! 😉

Actualización 20 Abril 2007: directamente de los comentarios y de mano de Oria para degustar tartazas de chocolate u otros ingredintes igual de apetitosos por Reykjavik:

Café Tómasar: Son trozos ENORMES, de los que te quedas tan lleno que ya no hace falta cenar a no ser que te vayas a dar a la bebida esa noche. A mi me encantaba la de zanahoria que también era dulce y costaba entender que ahí llevara zanahoria. La nata, a mi me sabía insípida porque no llevaba apenas azucar o quizás era que lo otro era exageradamente dulce.

Otros sitios donde probar trozos de tarta: El restaurante de La Perla, viendo a través de sus cristaleras el mar y el cielo unido en su infinito; Babalú en Skolagurstigur (la calle que baja desde la iglesia) que es como comérsela en casa por como es el lugar; café París en Austraestaeti y café Cultura que es el lugar multicultural por excelencia de Reykjavik.

No teneis excusa para no probarlos!!