(Post que tuvo que cruzar un desierto para llegar, perdido y sin agua, si no habría pasado por aquí un 12 de Julio de 2010)

Aunque nunca había estado antes en Monument Valley las grandes buttes que hoy atraen toda la atención hacía tiempo que se habían asentado en mi memoria. Inconscientemente, dando forma, apropiándose de la imagen del Far West por donde cabalgaron John Wayne y Clint Eastwood. Un desierto rojo para cruzar a caballo, donde los vaqueros adulterados según dictaba Hollywood se las veían con los malvados y sanguinarios pieles rojas.

La historia nos cuenta algo diferente que muchas de las películas que enaltecieron a los lucky luke de la época. No es una historia demasiado complicada, es más se ha repetido hasta la saciedad en la historia de la humanidad. Hombrecitos viven en una zona, otros hombrecitos llegan a la misma zona, con más y mejores armas y someten a los hombrecitos. ¿Os suena de algo?

Aquí todo comenzó con un detalle �insignificante�. Cristobal Colón en 1492, encontró por error las Bahamas, en lo que debía ser un viaje para encontrar las Indias. Pero en medio se encontró un nuevo continente. Un descubrimiento para el Antiguo mundo que se lanzó a conquistarlo en busca de oro y otros recursos.

A remolque de los españoles y en busca de su cachito de riqueza llegaron los Franceses, Ingleses y Holandeses. Así que en un momentito el Norte Americano se encontró con cuatro nuevos inquilinos, que no contentos con la explotación de los recursos también tenían en sus agendas el convertir al cristianismo a todo indígena que se cruzara en su camino.

Se intentaron algunos asentamientos sin demasiado éxito, hasta que en 1620 un grupo de radicales religiosos Puritanos procedentes de Inglaterra llegaron a bordo del Mayflower con la intención de crear una �Nueva Jerusalén� alejada de la inestabilidad europea. Comenzaron viviendo en relativa calma con los indígenas en esta Nueva Inglaterra, pero su crecimiento exponencial de más y más habitantes europeos amenazó el modo de vida local y las tensiones condujeron a los inevitables palos.

Una guerra de 14 meses con más 5000 muertos (casi todos ya os podeis imaginar de que bando) y el resto como esclavos. Así que la libertad política y religiosa que buscaban los primeros visitantes se consiguió a base de esclavizar y eliminar a las tribus autóctonas. Welcome to America.

Mientras todo esto sucedía en la Costa Este, en el resto del continente norteamericano sucedía algo similar de la mano de Españoles y Franceses y entre ellos mismos. Así, Inglaterra y Francia siguieron escenificando las mismas guerras que tenían en Europa sólo que en nuevo terreno. Tras otras cuantas oleadas de sangre, Inglaterra se hacía con el control de gran parte de �Norteamérica�.

(Cuidadín con serpientes y lagartos)

Aunque el centro se había quedado como reserva para algunos de las tribus indígenas. Semejante acto de altruismo no venía si no motivado por el desgaste que las guerras habían supuesto. Mejor llevarse �relativamente� bien con los locales. O al menos hasta recuperarse un poquito y entonces, donde dije digo digo diego. Después de todo, los indígenas estaban asentados en ricas zonas minerales.

Así que disimuladamente, como quien no quiere la cosa, se empezaron a romper tratados, los mismos que los indios consideraban eternos, que durarían mientras el agua corriera o la hierba creciera. Se comenzó entre otras cosas a aniquilar manadas de bisontes para obligar a los indígenas a buscar nuevas tierras o morirse de hambre. ¿Nosotros? Nosotros no hemos hecho nada. Pio pio, que yo no he sido.

En un último intento de luchar por lo poco que quedaba de sus tierras, los Sioux se lanzaron a la batalla en Little Big Horn y arrasaron, pero fue una victoria pírrica. Con este ataque, se encontró la excusa que hacía falta para atacar sin piedad y aniquilarles por completo. En 1886 con el final de las Guerras Apache no quedaba nada de resistencia Nativa.

Si querían �sobrevivir� las tribus necesitaban el apoyo del mismo gobierno que los había eliminado y que organizó un acta para asimilarlos en la sociedad. Para 1924, los primeros habitantes del continente pasaron a ser los últimos ciudadanos americanos.

En la actualidad apenas un 1,5% de la población de Estados Unidos es Indígena. Un cuarto de ellos vive en la pobreza, con un porcentaje altísimo de alcoholismo, suicidios y homicidios. Cherokees, Navajos, Chippewa, Sioux… sobreviven en sus reservas, ganándose la vida en sus propios casinos o a través de algo (poco) de turismo. Sin duda, Toro Sentado y Caballo Loco, vivieron tiempos mejores.

Todas las fotos de este post, corresponden a Monument Valley, parte de la Reserva de los Navajos en Utah.