Debía haber sido hace unos días, el 26 de Marzo para ser más preciso, pero como tantas otras veces circunstancias ajenas a mi voluntad lo impidieron. No me gusta lo de las circunstancias ajenas porque implica en parte eximirte de las responsabilidades propias así que asumo mi parte del descontrol en que se haya mi persona y por reflejo indirecto este blog. No crean que me he olvidado de él, de hecho ha estado más presente que nunca, tanto que al fin le hemos dado el lavado de cara que se merecía.

Aún quedan muchas cosas que arreglar, pero ya no podía dejar que el ansias del perfeccionismo lo fuera retrasando aún más. Unos cuantos días de retraso no son muchos cuando se celebran 8 años desde que empecé este blog. Así que venga, de punta en blanco, fanfarrias, querubines y a celebrarlo hasta que tiemble el Gran Gatsby.

Si amigos, queridos hobbits, visitantes de galaxias lejanas: ¡¡8 años!! Se que el último año no ha sido especialmente activo en lo que el blog respecta, pero eso es porque lo he sido mucho más fuera de él. Tanto que supongo que el desajuste horario (ya mensual) seguirá un tiempo más hasta que pueda volver a ponerse al día. 8 años en los que este pequeño reducto tras tres uvedobles ha cambiado mucho. Mi pequeño diario reconvertido, historias al azar de aquí y de allí, que viene a ser un concepto distinto pero que a la vez no deja de ser un diario, aunque sea a base de jugar a los puzzles.

Ya llevaba mucho tiempo queriendo darle una nueva forma, con un único objetivo en mente: Fotacas. No es que las fotos sean mejores, pero si más grandes. Ale a lo loco. A partir de ahora, las fotos de los posts van a ser cuatro veces el tamaño que tenían antes, con la esperanza de que se disfruten más. El diseño, un precioso trabajo tanto en el exterior como en las tripas de la web de Txema León, viene a potenciar esa idea que teníamos los dos de hacerlo más limpio y a la vez más grande, que se pueda disfrutar a pantalla grande. Gracias Txema, me encanta como ha quedado.

Y ahora si, a soplar las velas y a recuperar el tiempo perdido. Hay muchas historias que contar y muchas fotos deseando pasar por aquí. ¡Felices ocho y que vengan muchos más!

Fotos del atardecer sobre Funchal, Madeira. No fueron fáciles, no. Hubo que hablar con gente, buscar el punto con un taxista, para luego acabar encaramado a un tejado. Mereció la pena. 🙂