Yo me plantee el viaje con mucha flexibilidad, tanto que sólo compré el billete de ida y el de vuelta y ya en el sitio iba arreglando los viajes entre los destinos. Volar es relativamente barato (aproximadamente unos 100 euros por vuelo), pero hay muchas otras opciones muchísimo más baratas. Aunque hay que tener en cuenta que las distancias son enormes y cualquier cosa que no sea por el medio aéreo se torna en un viaje mínimo de 10-12 horas (a mitad del viaje conocí a un chico colombiano que acababa de terminar un viaje de 25 horas… sentado en un autobus!!).
Eso son muchas horas para pasarlas sentadas, así que hay otras opciones intermedias. Autobuses y trenes cama. Esto es una gran ventaja, por que te permite viajar de noche y llegar descansado (más o menos) a tu destino. En mi caso no probé los viajes en autobús cama, pero los que lo hicieron no hablaban excesivamente bien de ellos, especialmente por la cantidad de baches del camino. Lo que si probé fueron los trenes cama y pase las 12 horas desde Pekín hasta Xian en la apacible parte superior de una litera triple. A esto se conoce como hard-sleeper. Y un video vale mas que mil palabras (por cierto, la música era sonido ambiente):
No soy conocido especialmente por tener un sueño ligero, asi que dormí como un señor justito para despertarme cuando llegaba a la milenaria Xi’an, punto final de la Ruta de la seda, donde llegaban los mercantes para encontrarse, hace más de 10 siglos, en una gran metropolis, llena de colores, música y caravanas de camellos que habrían de llevar los productos Chinos a lo largo del mundo.
Poco queda ahora de esa gran ciudad, pasto de los coches, las motos y miles de vehículos motorizados, gente apelotonada y pobre, mercados por todas partes, puestos callejeros…
Me pareció que en su decadencia tenía mucho más encanto que Pekín, pues a diferencia de esta, no intentaba ocultar sus miserias y todo era mucho menos artificial, mucho más desordenado, mucho más real.
Apenas habría de pasar un día entre sus murallas, pero perderse entre sus calles mereció muy mucho la pena.
Las vistas desde tu habitación en el tren mucho mejores q las del Sky Deck.
Observo q los chinos descansan igual q los japos, poniéndose de cuclillas..yo mira q lo he intentado pero poniéndome así me canso más q estando de pie!
Jaaaaajajaja!! ¿Pero qué es lo que haces en el video? Jooojijojojoj… ¿es un eructo? Me paaaartoooo…
En cuanto a X’ian, curiosísimas las imágenes con la gente «a ras de suelo».
Eso te iba a decir. Lo he visto dos veces y no entiendo lo que dices. Veo que te molaron los transportes de menos de 4 ruedas de Xian.
Vane, es que no tenemos el cuerpo diseñado para encuclillarnos!! jajaja!! A mi me pasa igual. Se me duermen las piernas.
Japogo, Oria, es que la gente ya estaba durmiendo y no quería despertales… digo algo así como «no quepo!!» 🙂
Oria, es que menudos vehículos!! 🙂
Pues chicos, yo tambien pensaba que lo de las cuclillas era «de serie» y despues de pasar horas escuchando a los Supernenes en esa postura, me he dado cuenta de que no, que es de entrenamiento… como ellos lo hacen desde que nacen, tienen esa zona bastante entrenada.
Por cierto, eso parece el camarote de los Marx.
Un supersaludo
Hola Ignacio.
¡¡¡Se me han puesto los pelos como escarpias leyendo esta entrada!!! Un mes después de que tu hicieras ese viaje yo hice el mismo, solo que yo no llegue a Xi´an. Salí desde Beijing y mi destino era Pingyao ( a medio camino en dirección Xi´an).
El viaje de ida fueron 12 «maravillosas» horas en asiento duro. Y descubrí porqué lo llamaban así. Vaya si lo descubrí.
A la vuelta me prometí conseguir billete de litera o volverme haciendo autostop. Afortunadamente y con mucho chanchulleo, conseguimos billetes para literas duras. Y aunque la verdad es que dormí poco, fue un paraíso en comparación con los asientos duros.
Lo mejor del viaje fue ver como la gente de los asientos duros se colaban en los vagones de literas blandas para poder relajar el culo un rato.
y lo segundo mejor fue oír durante la noche como algunos relajaban demasiado el culete mientras dormian, je,je,je.
Por cierto, pese al «infierno» que supuso el viaje de 12 horas en asiento duro (sin moverme ni para ir al servicio), cuando llego la mañana y estábamos a punto de llegar a nuestro destino, conseguí las mejores fotos, con el sol del amanecer entrando por las ventanas.
Así que le saque provecho al aplanamiento de mi trasero.
; P
superwoman, benditos ellos que tienen elasticidad. Yo me pongo en cuclillas durante un rato y me paso una hora hasta que consigo enderezar las piernas otra vez!
Jose rojas, conseguí evitar los hard seat!!! Me alegro me alegro!!! jajajaja!!! Pingyao me comentaron que era fantástico… pero no hubo tiempo para verlo. para la próxima!
Nooo queeepol!! Nooo queepol!! Ahora es aún mejor!!
Mamona.
😉