Los siglos anteriores de historia habían dado forma y población a Salvador, convirtiéndolo en la capital negra de Brasil. Un sobrenombre justo sin duda alguna, cuando se pasea por sus calles, donde la mayor parte de la población es negra en contraposición con otras ciudades como Rio o Sao Paulo.
No fue otra sino la esclavitud el motivo de esta densidad de población, directamente proveniente de África. Angola, Mozambique, Guinea, Sudán y Congo, pasaron a engrosar forzosamente el censo de habitantes de esta nueva colonia, en detrimento de los propios indios locales, que entre las enfermedades que portaban los europeos no eran muy apreciados como esclavos.
Poco quedan hoy por sus calles de los habitantes originales que poblaban estas zona, pues fueron exterminados en casi su totalidad con la llegada de los colonizadores. Corría el año 1500 cuando aparecieron por allí, ya se sabe, en plena euforia por el descubrimiento del nuevo mundo. Todos querían su cachito del nuevo mundo y los portugueses no fueron menos.
¿Y ahora? Ahora que tenemos todo este trozo de tierra ¿Que vamos a hacer?, pensaron. Pues poca cosa. Sin encontrarle demasiada utilidad, fueron terreno utilizado para los bandeirantes que se adentraban en las junglas devastando y esclavizando a la población indígena y los misioneros, que los protegían de los propios bandeirantes en sus misiones, siempre y cuando abrazaran al catolicismo, claro. Entre la destrucción física de los bandeirantes y la cultural de los jesuitas, no había mucho futuro para los indios de la zona.
Pero fue cuando se descubrió que se podía cultivar azúcar cuando esta nueva colonia portuguesa empezó a resultar de utilidad. Con un mercado europeo hambriento de consumir todo lo que se podía producir, era el lugar ideal para enriquecerse. Sólo hacía falta una cosa: Mano de obra. Mucha.
Hay fue donde empezaron a llegar los esclavos africanos a trabajar en condiciones inhumanas, siendo Salvador su principal puerto. La ciudad se enriquecía y los �amos� se aprovechaban de los esclavos en todos los aspectos. Era el origen de una nueva mezcla/raza donde la amplia proporción de africanos hacía que hubiera mucha influencia de sus costumbres, aunque hubiera que modificarlas o fusionarlas con por ejemplo, el Cadomblé, una religión que bajo la máscara de ser católica tenía mucho de sus religiones originarias.
Dicen que Salvador de Bahía es uno de los lugares donde los descendientes africanos mejor han conservado su herencia y donde actualmente más se puede vivir su continuo movimiento de arte. Las calles de su casco histórico, el Pelourinho, están llenas de escuelas de música, baile y capoeira.
No lo puedo negar, el Pelourinho es precioso, con esas calles coloniales tan coloridas bajo un sol radiante, y efectivamente abundan los centro de artes y baile, pero también los hoteles, los restaurantes, los bares y las tiendas de souvenirs y uno no puede dejar de pensar que se encuentra en una enorme atracción para turistas.
Este es, para mí, uno de los problemas de Salvador, que su joya de la Corona, estas históricas calles, ya se han convertido en el punto de referencia turístico y hay muy poco de vida real por ahí. Mi experiencia consistió en que todo aquel que se te acercaba bajo una fachada amigable era para pedir dinero, a veces de manera molestamente insistente. Y es que bajo la fachada de colores, la realidad de Salvador es bastante más oscura. Con el trágico trasfondo de la adición al crack, uno de los grandes problemas de Brasil, mucho del dinero que puedes llegar a dar va directamente a su consumo. Incluso en las recomendaciones avisan que comprar a quién pide cosas como un tetrabrick de leche no suele ser efectivo y el mismo tetrabrick puede acabar como parte de un trueque por la famosa droga.
Así que bajo la fachada de esta área de disneyworld, que uno no acaba de creerse, hay otro mundo rodeándolo. No deja de ser tremendamente significativo que el precioso Pelourinho este en la parte alta de ciudad y que salir de eso sea encontrarse con otra ciudad completamente distinta. Horrible. Un ascensor comunica la parte alta con la baja, una bofetada de realidad.
Sin embargo lo realmente molesto para mi fue la tremenda sensación de inseguridad que te rodea continuamente en el momento que sales de las coloridas calles. Muchos de los locales, te advierten y aconsejan no salir de ahí. No ir por tal o tal calle. No se puede atravesar esta zona. Ojo con esto otro. Acabas con la sensación de estar en una cárcel preciosa.
Mi primer día no me tome demasiado en serio las advertencias (salvo la de guardar la cámara y no llevarla colgando) y me fui caminando por las calles siguiendo la costa hacia el Norte, hasta llegar al Forte Monte Serrat, en la península de Itapagipe, un recorrido de unos 6 – 7 kilómetros que me demostró que tal y como me habían advertido no había nada de interés en esas calles. Salvando un par de puntos.
El tremendamente interesante mercado Sao Joaquim si que se merece una visita (aunque se puede llegar perfectamente en autobús en lugar de tostarte caminando por calles aburridas). Es probablemente el mercado más grande de la zona y donde compran los locales. Nada que ver con el previsible mercado de artesanías para turistas que hay cerca de Pelourinho, el Mercado Modelo.
Sao Joaquim es un mercado caótico, donde los puestos crecen sin orden alguno, dando forma a callejones diminutos entre ellos. Por allí se mezclan carnes colgadas, troceadas en directo, con pescados frescos, verduras, especias y todo lo que se pueda imaginar, aderezado con puestos de comida y bebida entre claroscuros.
Otro fue la interesante y supersticiosa iglesia de Nuestro Senhor do Bonfim, donde los devotos van a pedir por su salud. El Lourdes de la zona. Tiene la característica de que muchos llevan una pieza de plástico de la zona donde tengan dolencias y eso acaba convertido en un despiece algo tétrico de miembros de plástico colgando del techo y paredes. Completan la decoración mensajes de agradecimiento y fotos de gente sana, al lado de pústulas y heridas que requieren sanación en un collage algo grotesco.
Aunque según se entra en la propia iglesia, la misma verja que protege el edificio está llena de cintas que los creyentes atan. Las cintas, claro, se pueden comprar en los puestos de alrededor, aunque otra variante es que alguien te las �de� por la calle. Si no la coges se toma como un desprecio y de mala voluntad hacia el �regalo�. Si lo coges, dejará de ser un regalo y te pedirán dinero por ellas. El tocomocho, vamos.
Pero en lo referente a historia y sobre todo a iglesias, Pelourinho no tiene rival. Muchas de las más impresionantes y gloriosas están en esas calles y entrar en algunos de esos templos algo decrépitos por fuera es encontrarte con una sorpresa por dentro. La espectacular Igreja e Convento de Sao Francisco es, en mi opinión, tan excesiva que su visita debería ser obligatoria.
No dejen de visitar el resto (o algunos del resto, pues me temo que ver todas las iglesias de Salvador requeriría de varias vidas) de las más recomendadas en el Pelourinho, que siempre guardan alguna que otra sorpresita. Aunque muchas, para que negarlo, se debaten entre su interés, su completo abandono y la sensación de que se van a caer en pedazos.
¿Y las playas? Se preguntará alguno. La zona es famosa por las playas, no? Pues si, efectivamente, pero las que rodean la ciudad dejan mucho que desear. La gente, habla maravillas de las más alejadas aunque son excursiones que te llevan todo el día entre autobuses y demás, así que no lo pude comprobar. La más cercana, la que se encuentra en Barra, no tiene nada que remarcar, pero al menos sobre el faro tienes unos preciosos atardeceres. Algo es algo.
Sensaciones encontradas, mezclando belleza con decepción e inseguridad. El Pelorinho a pesar de todo merece la pena ser visitado, pero ¿un viaje a Salvador sólo por eso? Quizás sea demasiado sacrificio.
Así que decidí pasar mis últimos días en Brasil, en la que se supone era una isla paradisiaca cerca de Salvador. Morro de Sao Paulo. ¿Lo sería? Eso en el próximo y último capítulo de esta serie brasileña. Y mientras llega, les dejo con un video de ese artista que alguno conoceréis, llamado Michael Jackson y que se grabó en dos localizaciones ya familiares: En el propio Pelourinho y en una Favela próxima a Rocinha. They don�t care about us.
Salvador de Bahía, Brasil, Febrero 2012
No me extraña que quedaras atrapado 😉
Las fotos del interior del Convento ese son en HDR? son espectaculares!!
Maravillosas fotos, muchacho!!!
Ignacio. Eres un maestro. Gracias
hh
Están increibles las fotos, TIENENS que venir a oaxaca a tomar unas asi. Aqui tambien hay muchisima belleza natural, arquitectonica, humana, turistica, gastronomica, DE TODO!
Estaría increible que lo pudieras capturar con tu camara 🙂
SALUDOS!
Están increibles las fotos, TIENENS que venir a oaxaca a tomar unas asi. Aqui tambien hay muchisima belleza natural, arquitectonica, humana, turistica, gastronomica, DE TODO!
Estaría increible que lo pudieras capturar con tu camara
SALUDOS!
¡madre mía! ¡qué barbaridad! ¡Qué fotos, qué maravilla! ¡Me ha encantado! A favoritos…
Amigo,
Hacía tiempo que no pasaba por aquí, por mi culpa, y ahora que me asomo veo que tu fotografía es mucho más luminosa. Sin duda, seguro que provocada por una etapa muy feliz en tu vida.
Un abrazo.
Pau, 🙂
Ramón, son más fusiones de exposición que HDR. 🙂
Edu, gracias!!
Hector, 🙂 🙂
Reinadelsur y del Mar: 🙂 Puedes ver las fotos que hice por Oaxaca aquí: https://www.ignacioizquierdo.com/blog/2010/09/dia-477-oaxaca-el-mezcal-los-chapulines-y-otras-historias/ Espero que te gusten!!
Marita Acosta, muchas gracias!!
JR Álvaro, fíjate… no me había fijado. En algún momento fui oscuro? 🙂 un abrazooo!!!
Ay ay ay…claustrofobia y tiriteo me ha provocado este post. Paso página.
Estoy ahora en Pelourinho, muy certero tu pos: las imagenes hermosas y objetividad respecto del Crack se agradecen.
Saludos !!!
Estube recientemente haciendo el mismo recorrido y coincido en las recomendaciones para Pelourinho pero es una visita obligada por su riqueza cultural.-
Calculo que lo óptimo es hacer base en el centro de Salvador próximo a Barra u a Ondina y desde ahi usar 1 o 2 dias para recorrer el centro de Salvador, luego cruzar en el Ferri y hacer 2 dias de recorrido por Ilha Itaparica, y luego hacer una visita de 2o 3 dias al Morro do Sao Paulo. Acepten la excursión hacia Ilha Boipeba.-
Itaparica esta para atrás…..no la recomiendo, estuve en julio, pobreza y cero turismo, mejor ir a Itacare….