Robert Burns se hizo famoso por sus poemas en gaélico escocés y se convirtió en el hijo favorito de Escocia. Los escoceses que en esto de ser muy suyos lo son y mucho, lo tienen en palmitas e incluso su rostro sale impreso en el billete de 5 pounds.

Hagamos un breve inciso, pues mucho me temo que los que ya hayan estado en Inglaterra (fuera de Escocia) con anterioridad, no reconocerán este billete de 5 pounds como tal. Los míos eran diferentes. Mmmm. Efectivamente, queridos pipiolines unicelulares. Pero es que cada uno de los tres bancos escoces tiene autoridad para imprimir sus propios billetes. Hay cuatro versiones diferentes de cada billete en el reino unido y tres son escocesas. Fin del inciso.

Continuemos con la obra y milagros de este poeta, nacido en 1759, con poemas como Auld Lang Sype, que se canta al entrar en nuevo año o Scots Wha Hae, que se consideró como mucho tiempo el himno no oficial escocés. «Menuda castaña que nos está soltando este hoy» estareis pensando «Que tiene que ver este hombre en este blog?». Tranquilidad, superad el sopor. El señor Burns, que yo desconocía hasta la fecha, ha sido la principal «excusa» para que yo tuviera un motivo justificado por el que ir a Edimburgo.

Y es que se ha convertido en tradición escocesa el celebrar cada año el nacimiento de este poeta, en lo que se llama el Burn’s night o Burn’s supper. Es una conmemoración bastante casera, que se acompaña a modo de cena con Haggis, whisky y unos cuantos de sus poemas.

Salvo la gaita y el kilt, pocas cosas puede haber más escesas que el whisky y los haggis. Omitiré las explicaciones de los tres primeros, pues me da que sabeis lo que son y dejadme que os cuente como los haggis mezclan el corazón, pulmón e hígado de oveja con cebolla, harina de avena y unas cuantas especias, para pasar a cocerse durante unas horas en una bolsa hecha con el estómago del bóvino. Y por si os quedaban dudas: Si. Se come.

¿Como están nuestro nuevo poeta escocés y los haggies relacionados? Pues porque en un alarde de patriotismo escocés hizo un poema denominado Oda al Haggis, que se recita antes de dar buena cuenta de tan suculento plato. Como curiosidad decir que durante la lectura del poema hay que coger un cuchillo y trinchar al haggis, lo cual es bastánte teatresco y dramático según el interprete. 🙂 Muy divertido.

Pues si, nos sumimos en el deguste de Haggis y whisky con unos cuantos escoceses, pero no creo que os interesen demasido los detalles. Total es algo que no difiere en demasía de cual cena copiosa regada con algo de beber. Tanto si estais como si no acostumbrados al whisky, los grandes degustadores como el amigo Graham, recomiendan mezclarlo con un poco de agua para que no queme tanto y se potencie el sabor. Por supuesto mezclarlo con coca-cola, como todos vosotros, borrachuzos, soleis hacer, puede ser motivo de agresión en estas tierras.

De nuevo un quiebro para aprovechar a mostraros unas cuantas imágenes de como es nuestra querida Edimburgo de noche. Lo que no podreis ver, pero ya os lo digo yo, es que es fría. Muy fría. En enero por lo menos. Lo que me lleva a que cuando veais a un pobre individuo como yo, simulando ser fotografos con un trípode de aluminio, esperando a que su foto se termine mientras le empieza a colgar un chuzo de hielo de la punta de la nariz, sed piadosos. 😉










Y como curiosidad, si mientras estais cruzando el puente elevado de North Bridge que une la parte antigua y la nueva de Edimburgo os parece que a cada paso podríais hacer una foto y teneis curiosidad por saber desde donde hacerla, solo teneis que buscar en el lado oeste el símbolito que indica el punto exacto. Que majos!!