Pues sí, ha sucedido.

En este blog de cronología anárquica volvemos a hablar de Japón. Ahora, cuando menos os lo esperabais. Me he propuesto en este «nuevo año» acabar todo lo del pasado viaje a Japón. Me quedan 12 meses. Mejor que no me despiste.

Nikko, situado en las montañas de Tochigi, dos horas al Norte de Tokio, es una de los centros religiosos más importantes de Japón, considerado como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y como tesoro histórico por parte nipona.


El enclave es exquisito. Tuve la mala suerte durante todo el viaje por Japón, de haber llegado demasiado pronto climatologicamente hablando, y aún no fue posible ver los bosques de arces con las hojas completamente rojas. Una pena, parece ser que el otoño se estaba retrasando. Los tentáculos del cambio climático… quizás.

Para llegar a la zona de los templos o Sannai, se cruzaba en la antiguedad un precioso puente rojo sagrado, el Shinkyo Bridge, que según cuenta la leyenda, que fue un regalo del Dios Serpiente para que el monje que fundo Nikko pudiera cruzar el río.




El primero de los templos que nos encontramos es el inmenso Templo Rinnoji, cuyo edificio principal, el Sanbutsudo tiene unas enormes esculturas talladas en madera representando a los tres dioses (Kami) de la montaña de Nikko.


Aunque sin lugar a dudas, el templo estrella en toda la zona es el Nikko Tosho-gu, cuya puerta principal, el Yomeimon, es la más recargada y llena de detalles de todo japón. Es espectacular. Realmente todo es espectacular. No solo la puerta, sino el resto de edificios, el bosque que lo cubre todo. Un retroceso en el tiempo. Una vuelta atrás.




Es precisamente en uno de esos edificos colindantes donde se puede observar el archiconocido grabado de los tres monos sabios: «hear no evil, speak no evil, see no evil», que tantas y tantas veces hemos visto representados de las más diversas formas.

Este templo es con mucho la parte más visitada por los turistas (que llegan a miles) por lo que es mejor madrugar un poquillo y verlo con menos gente (si es que eso fuera posible en Japón). Atención a los escolares tan bien formaditos!!!

Así que tras esquivar multitudes en la montaña lo mejor es tomarse algo de tiempo para ver el más alejado de todos. El templo Futurasan fundado en 782 (!!) por Shodo Shonin, que introdujo el budismo en Nikko.




¿Hay ganas de más verdad? Pues ya os podreis imaginar que por muchas fotos que os muestre nada será como trasladaros allí, pero aún así y para que no queden guardadas por siempre entre bits de mi disco duro os dejo con unas cuantas más. Para que os jarteis! 😉





Y por supuesto el mítico Youth Hostel de Nikko, que yo creo que era un Youth Hostel super pirata total!!! Escondido entre callejones, dejado de la mano de dios, oculto entre las sombras… 🙂



Visita obligada si pasais planeis viajar a Japón. Hacedme caso! 🙂