Y por un día las calles del centro de Madrid cambiaron los coches por ovejas. Un ejercito ovino de mil ejemplares de merino flanquedados por un centenar de cabras retintas volvieron a reclamar las que en otros tiempos fueron sus calles. Son los vestigios, representantes de una tradición, la de la trashumancia, que vio tiempos mejores. Pero resisten, mantienen el pulso a la desaparición y por un año más llegaron a la capital a reclamar su derecho a seguir existiendo.

La trashumancia es un tipo de pastoreo tradicional que en lugar de mantener al ganado pastando durante todo el año en el mismo sitio, se desplaza según la estación en busca de mejor clima y comida. Para eso utilizan las cañadas, vías pecuarias que en España unen principalmente el norte de Castilla con Extremadura. El principal problema que se encuentra en la actualidad este tipo de vías es que a pesar de que existe una ley que las protege y que permite el tránsito libre de los rebaños muchas se han cerrado, vallado o cortado por municipios o agricultores.

Para ejemplo más claro, por el centro de Madrid transcurre una vía pecuaria que ocuparía lugares como la Puerta del Sol o Cibeles y que ahora solo recorren en esta fiesta de manera simbólica. Porque con esta fiesta de la Trashumancia se reclaman varias cosas: Por un lado la conservación de la red de cañadas o vías pecuarias y por otro lado la trashumancia como modelo de pastoreo sostenible para la península ibérica.

La actual Fiesta de la Trashumancia se viene sucediendo desde 1997 (exceptuando el pándemico 2020) en una jornada que no solo llena la ciudad de ovejas sino de música y bailes. Reconozco que aunque la conocía de las noticias, era la primera vez que me pasaba a verla y a acompañar al rebaño durante casi todo el trayecto. Este año (desconozco si es igual todos los años) el rebaño salió el pasado 25 de Septiembre de Cervera de Pisuerga a los pies de la Montaña Palentina para llegar a la Casa de Campo de Madrid el viernes 22, donde se quedaron hasta que empezaron la marcha por las calles de la ciudad el pasado domingo 24 de Octubre.

Si bien es cierto que la mayoría de los curiosos se acumulan en la calles cercanas a Sol donde se une además gran parte del tránsito de la zona ajena al propio evento pero reconvertido a toda velocidad en nuevo público, el resto del recorrido especialmente a su salida desde la Puerta del Rey no esta demasiado masificado y se puede acompañar a pastores y ovejas sin los agobios propios de las calles más estrechas del centro.

Es una oportunidad muy bonita de conocer no solo esta práctica, sino de poder ver la ciudad de una manera diferente, pues el recorrido que realiza el rebaño recorre alguno de los puntos más emblemáticos del centro de Madrid como la Catedral de la Almudena, la Calle Mayor, la Puerta del Sol, la Calle Alcalá, La Cibeles o el Paseo de Recoletos hasta la Plaza de Colón. Una de las tradiciones que se conservan es el pasar por el ayuntamiento para efectuar el pago de 50 maravedíes (unos cinco euros) con que se permitía el paso del ganado por los terrenos de la ciudad de acuerdo con lo que es estableció en la Concordia de 2 de marzo de 1418 «entre los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores y los Procuradores del Consejo de la Villa de Madrid».

Lo dicho, me alegro de haberme animado a conocerla de primera mano.

Apuntada para el año que viene. 🙂

Más info: Trashumancia y Naturaleza