Hayedo de Canseco

En ese objetivo, que las apuestas empiezan a dar por imposible, de contar el viaje que hice en Otoño antes del nuevo Otoño toca la hora de hablar de un hayedo maravilloso situado cerca de la pequeña población leonesa de Canseco, a las faldas de la cara norte del Pico Bodón.

Paisajes de camino al hayedo de Canseco

Lo encontré por casualidad, curioseando referencias en una revista de montaña, apenas un par de palabras, una nota a pie de página que recomendaba visitarlo si se estaba por la zona. No lo acompañaba ninguna foto. Dado que cumplía el requisito de estar cerca y curioso por el misterio de no tener ninguna imagen visual que me diera pistas de su rostro decidí que por que no. Después de todo viajaba sin plan y cuando se viaja sin plan no se puede uno equivocar nunca de ruta.

Hayedo de Canseco y sus alrededores

El único consejo que puedo dar es el tener claro y descargado donde empieza la ruta, porque una vez que la carretera se desvía de Cármenes y Pontedo para adentrarse hacia la propia Canseco la cobertura dejara de existir y si bien podría suponerse que la ruta para encontrarse con el hayedo se encontraría con Canseco como punto de partida lo cierto es que lo hace un poco antes, justo donde un puente de piedra, cruza el río. Por lo tanto es recomendable o aparcar cerca o si se hace en Canseco habrá que recorrer de vuelta aproximadamente un kilómetro andando hasta encontrarlo.

(Ruta GPX para descargar en Wikiloc)

Perfil de la excursión de ida y vuelta

El hayedo de Canseco es realmente inmenso aunque la ruta que la recorre atraviesa tan solo una pequeña parte. Confieso que cuando yo lo recorrí ya había dejado atrás sus días de mayor belleza, pero aún quedaban restos de esa gloria que ardían bajo el poder del sol y que acababan enamorando al más pintado. Y eso que había llegado sin esperanza, porque el día se había levantado lluvioso, nublado, frío y complicado, pero a pesar de todo cuando llegué a caminarlo tuve ventanas de sol que me hicieron la ruta más agradable.

Fue un paseo sencillo, con calma y sin prisa que no reviste apenas dificultad excepto salvar la pendiente para llegar a su parte más alta, pero sin lugar a dudas es un lugar lleno de encanto. Hay quién la hace como ruta circular cruzando el monte por el hueco que va dejando el arroyo de Farónlla, pero en mi caso había tanta maleza y era tan complicado de atravesar que hice la ruta de ida y vuelta sin más.

Y oigan, para estar sin planear, para no saber ni que me iba a encontrar lo cierto es que descubrí un bonito rincón, casi secreto de este León tan infinito.