Omitiré el ya de sobra conocido discurso de bienvenida a este nuevo año y toda la ristra de buenos deseos para todos, pues supongo que ya estarán las psiques cansadas de tanta felicitación. Además mucho me temo sin temor a equivocarme que no solo las mentes, sino los apartos digestivos serán los que estén también dañados de manera irreparable, dejando secuelas de caracter lorzil que os acompañarán allá donde vayais hasta el final de los días.

Yo recién aterrizado en estos lares, tomaré posesión por última semana de mi sofácama, con el que debo ajustar buenas cuentas en breves intantes, pues se me caen los párpados irremediablemente. Pero no preocupitin. En breve tendreis vuestra ración de historias para acompañar esos minutos del café o de perdida de productividad laboral. Para este año que ahora comienza podreis esperar los mismos desvarios mentales, kg de fotos y demás absurdeces que se me vayan ocurriendo para rellenar hueco (y todavía me quedan cosas de Japón ^__^).

Advertidos estais. Ni una quejita quiero.

De momento os dejo con una pequeña foto, para ir abriendo boca. 🙂 Mañana con la mente descansada más.

Pues eso, sed felices al menos este año. El que viene ya se verá!!