Mezclemos temas. El primero porque es de menester cumplir con quien bien te trata y el segundo de caracter trivial a la par que meramente informativo. 🙂

Comenzemos por presentar al vulgo a mis dos mecenas: Patricia y Álvaro, que además de haber cuidado de mí desde que llegué y haber hecho de psicoterapeutas y psicólogos personales durante un mes, se superaron el pasado sábado cuando tras haber pasado un mes de burrikines, sandwiches, mardonals y demás comida de excaso valor gastronómico me obsequieron con una comilona en toda regla. Añado que no era la primera vez que lo hacían. Pero un filetón de ternera es un filetón de ternera. Amén de la ensalada previa. Ya no recordaba el sabor de la lechuga, ni del tomate, ni del maiz.

Fijaos bien. ¿Se puede pedir más? ¿Es un filete con patatas el colmo de la felicidad? Supongo que en esos momentos si. 🙂

El segundo punto de la jornada del fin de semana se dió ayer. Cita ineludible para los amantes de acontecimientos multitudinarios. La regata entre Oxford y Cambridge. Si, esa cita anual entre dos universidades enfrentadas entre ellas desde 1829, llevando de momento Cambridge una ventaja de 78 carreras sobre 73 de Oxford, estando incluida en estas la victoria de ayer.

Teneis algo de información de esta carrera histórica aquí. Si además quereis ver el circuito pues lo teneis aquí. Os aseguro de que es más grande y largo de lo que parece. Por cierto (para los que veais el mapa de la carrera), nosotros estabamos en el Hammersmith Bridge, que para más información me pilla a unos 15 minutillos de mi futura casa (Referencia obligada a mi futura y bastante posible condicion de no-homeless).

La carrera que desde cualquier punto donde estes no dura más de un minuto, es todo un acontecimiento para los londinenses. Supongo que todavía habría tenido un llenazo más espectacular si el tiempo hubiera acompañado. Porque ayer tuvimos un día tonto, tonto, mu tonto. Que si llueve, si que sale el sol, que si vuelve a llover, que si diluvia, que si barro hasta las orejas, que si sol… Resumiendo, acabamos debajo de un puente hasta cinco minutos antes de que aparecieran las primeras barcas, casualmente con los rayos de sol, pero desgraciadamente sin la sensación térmica que esto debiera suponer.

Ya os dije yo, que acabaría en Londres debajo de un puente.

Inciso: Si veis la carrera en buen sitio y pensais que ha acabado. Recordad que primero van los junior y luego los senior. Si os moveis y luego intentais regresar para la segunda carrera os podeis encontrar con que las fotos salen tan lejos como esta:

A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Fin del Inciso.

Por lo demás el ambiente es genial, y si sale el sol todo gana una barbaridad. Es todo tan relajado que hasta la policia se permite el bromear. Ahí estabamos, en mitad del puente que tenía que ser desalojado por motivos de seguridad antes de que pasaran las botes. Pero claro, nos agarrabamos hasta con las uñas de los pies. Mientras tanto la gente ya estaba jaleando y gritando animando a los respectivos equipos. «Hagan el favor de no hacerse los tontos, anden como personas normales y no a pasitos pequeños» decían los policías. Ninonino, I don´t understand. Que si quieres rice, Cathaline. Claro, nos ibamos alejando del puente, pero muy despacito. En estas se acerca un policía a la multitud de «despistados» con cara de pocos amigos: «Al parecer, la gente en otro lado de la calle se piensan que pueden gritar más alto que vosotros. Yo no lo creo asi. Hagan el favor de demostraselo! A la de una, dos y tres!!». Nos habían arengado cual batalla campal. A desgañitarse.

Aquí una foto del margen del río, los pubs a rebosar, y las terrazas y todo a lo que uno se pudiera subir.

En fin, no esta mal para un domingo.

Informando desde el zulo.