Por si había alguna duda, no fuimos a Berlín de Turismo, lo cual no nos eximió de dejar de ver cosas siempre que tuvimos la oportunidad pero el frenetico ritmo del turisma psicópata (entre los cuales me suelo incluir) de levantarse a golpe de despertador para aprovechar el día hasta caer extenuado de vuelta en la cama no era parte de nuestro plan.

Nos lo tomamos con otra filosofía, que para eso estabamos en vacaciones y la intención era la de regenerar lo que degradabamos en las horas de oscuridad.

Dicho lo cual hete aquí una pequeña lista de sitios que al menda lerenda que os da estas chapas escritas le gustaron, para hacerse una idea de la ciudad y por si alguien se anima a sentirse Berliner en algún momento.

Como bien comenté, debido a la influencia del muro las dos Berlines (la parte Este y la parte Oeste) se formaron como ciudades individuales, así que al unificarse había repetición de todo: ayuntamientos, estaciones, aeropuertos, etc. por lo que empezaron a decidirse por unificar todo este barullo.

Entre todas estas remodelaciones destaca la Hauptbahnhof (Estación Principal) ocupando lo que antes era las Ostbahnhof (Estación del Este) en una obra arquitectonica e ingenieril que concluyó hace menos de un año!! El 26 de Mayo de 2006 Angela Merkel (actual Canciller de Alemania) inauguraba este tremendo edificio de techo circular con un sistema fotovoltaico en su superficie ascristalada y con 44.000 metros cuadrados de espacio comercial dividios en multiples plantas. Espectacular.



Y haciendo juego con la estación, con motivo de esas fechas y exactamente igual de espectacular un arbol de Navidad, adornado eso si con 1500 cristalitos de Swarovski. Lujo? Ostentoso? Pues sí. Y mucho.


Desde aquí, salimos de la estación, andamos un poco hasta el Reichstag, lo dejamos a un lado, pasamos la puerta de Brandeburgo de largo y llegamos a algo también muy impresionante y extrañamente inquietante.

2711 bloques de hormigón creado un entramado con pasillos abierto 24 horas al día, sin ningún nombre y con alturas de hasta 5 metros para homenajear a todos los judíos muertos durante el Holocausto.


La sensación es asfixiante. Según te adentras en el momumento el suelo se va hundiendo y los bloques son cada vez más altos, con lo que irremdiablemente te ves atrapado en su interior.


No existe en el mundo otro país que en el centro de su capital haya construido un monumento para recordar el mayor de sus errores.

Tal y como podreis suponer las referencias a la segunda guerra mundial y a todos estos episodios son constantes mientras paseas por Berlín. Pero la máxima parece clara. No olvidar. Mirar al futuro sin olvidar al pasado.

Por eso todavía se puede ver en el suelo la marca por donde pasaba el Muro, como una cicatriz que atraviesa carreteras, calles y plazas. Incluso quedan restos del muro por toda la ciudad.

Entre ellos Potsdamer Platz a continuación del Monumento a los Judíos asesinados.



Potsdamer Platz resulta muy extraño por el inmenso tamaño de la plaza, que da impresión de estar casi abandonada. Esto se debe a que tras ser devastada en los bombardeos, quedó dividida por el muro, por lo que estando en tierra de nadie, niguno de los dos bandos se molestó en reconstruirla.

Tras la unificación, los alemanes se pusieron manos a la obra para reconstruirla, formando la nueva Potsdamer Platz, uno de los sitios más emblemáticos de Berlín, entre otras razones por la joya arquitéctonica de la cúpula que cubre el Sony Centre.




Os habeis quedado con ganas de más? Pues lamento informar que habrá que dejarlo para las próximas entregas, pues mucho me temo que me he explayado más de lo que buenamente dura un café. No os queda más remedio que volver al trabajo, bribones!!! 🙂