Una breve reseña más del parque nacional de Skaftafell, pues hay un pequeño recorrido de hora y media que lleva entre ríos que se escapan entre las desparramándose en múltiples caídas hasta encontrarnos en un pequeño valle donde se «esconde» una joyita.

Svartifoss, es quizás uno de los puntos más pictóricos del parque. Una cátarata que cae por encima de una pared de roca basáltica. Resuta tan curiosa como fascinante.


Los caprichos de la naturaleza hacen que se formen estas columnas hexagonales tras un proceso de enfriamiento de la lava. Imaginaros un líquido viscoso, algo como barro (al rojo vivo), que va avanzando lentamente cayendo por las montañas. Llega un momento en que se empieza a enfriar y a consecuencia de esto se empieza a contraer. Este enfriamiento lleva a su rotura creando estas curiosas formas.


Desde luego es precioso. 🙂

Un par de apuntes bastante curiosos:

1) El hielo provocado por las salpicaduras del agua en las rocas, decorándolas.

2) El agua del rocío en la cima de la colina antes de llegar a la catarata, que tras ser azuzado por los vendavales de la zona y tras soportar las bajas temperaturas se convierte en esto (apenas tiene unos milímetros de longitud):

Hay que reconocerlo: vivimos en un mundo rodeado de cosas maravillosas que se crean y se descrean ante nuestros ojos, moldeados por la madre naturaleza.

Bueno, y por fuerzas espectrales también, si no fijaros detenidamente en los seres semitransparentes fantasmagóricos de la zona. Dan un poquito de repelús!!!

Hagan lo posible por exprimir el fin de semana al máximo. Sean todo lo malo que les dejen sus conciencias! 😀