Rainbow Bridge 03

Madrid 02

Según aterricé en Madrid, lo tuve claro. Quería croquetas. Japón tiene muchas cosas inimaginables, pero no croquetas. Ningún lugar es perfecto. Ahora tras varios días por la capital, corriendo, reencontrándome con los amigos, conociendo a unos cuantos nuevos y por supuesto comiendo (ya saben ustedes que este es un blog gastronómico encubierto) veo ya las croquetas como un vestigio de lo que fui, porque ay, amigos míos, aquí el que viste y calza tiene mucho trabajo por delante para readaptarse al medio.

Y si no, explíquenme por qué sigo agachando la cabeza haciendo reverencias cuando quiero decir gracias, por qué en los ascensores busco el botón de cerrar las puertas y acabo en la primera planta en lugar de la planta baja, por qué cuando me cruzo con las multitudes en los semáforos y me choco con ellos (porque aquí la gente si se choca) les espeto un «sumimasen» para darme cuenta tardíamente que no son japoneses y entonces lo cambio por un «sorry» (sigh), por qué grito «kampai» e «itadakimasu» cada vez que me pongo a comer mientras busco la caja de palillos, por qué me sorprende que la gente no lleve ropas de colores, por qué hay tanto ruido en todas partes y nadie duerme a pierna suelta en el metro, por qué me giro cada vez que oigo a alguien hablar en español (sí, parezco una peonza),  por qué me hacen tanta gracia cualquiera de los chascarrillos que sueltan los transeúntes comentando cualquier nimiedad (que ahora entiendo) y por qué ya nadie me mira con curiosidad por la calle.

Nada, que me tengo que esforzar más. ¿Cuanto de Japón me habré traido conmigo? 🙂

Rainbow Bridge 05

Madrid 05

No puedo por menos que dar las gracias todos los que habéis tenido el detalle de mandarme mails e inundar el último post con mensajes de ánimo. Vaya lujazo de recibimiento. Esto vuelve a ponerse en marcha. Sin rumbo fijo para variar…