Ko Chang 02

– Recapitulemos. ¿Me esta usted diciendo que al entrar en Tailandia por tierra sólo tengo 15 días de visado? ¿Y que si hubiera entrado por aire habrían sido 30? ¿Y que si lo hubiera tramitado en cualquier embajada con anterioridad habrían sido 60? ¿Y qué al tener una visa de 15 días sólo me la pueden extender previo pago por 7 días? ¿Unicamente? ¿Y que si tuviera la visa de 60 días al podría renovar por otros 30?
– Correcto.

Ko Samet 05

Me había lucido. De todas las posibles combinaciones de decisiones había tomado la peor y por mucho que intentara razonar la falta de coherencia de la política de inmigración tailandesa, lo cierto es que faltaba un día para que el visado expirara. Podía salir corriendo del país antes de que sucediera o podía pagar por unos ínfimos 7 días. De cualquier manera, el agente de inmigración no iba a estar toda la tarde esperando a que yo me decidiera.

Ko Chang 06

Mientras pagaba el precio de mi inexperiencia (o ineficacia), empezaba a planear en mi mente lo que podría hacer con esa semana extra. Y por más que lo miraba y remiraba, lo cierto es que no eran días suficientes. Necesitaba al menos 10 para mis planes de conquista tailandesa. Mierda. Más tiempo. Necesitaba más tiempo y allí no podía comprarlo.

Ko Chang 01

Pero siempre hay un plan B. Visa Run. Salir y volver a entrar del país me garantizaba otros 30 días extras si lo hacía por aire y otros 15 si lo hacía por tierra. Y aunque no era excesivo, el precio de un vuelo de ida y vuelta a los países adyacentes se me antojaba demasiado, así que opté por buscar la frontera más cercana y prepararme para cruzarla. Camboya, cómo te echaba de menos. Tendría que pagar el visado de entrada camboyano pero en aquel momento parecía la única opción (seguro que a las mentes más despiertas se os ocurren cientos mejores, así que no duden en plasmarlas en forma de anotación humillante en los comentarios).

Ko Chang 09

Cuando re-entrara tendría otros 15 días, pero ya habiendo pagado esta semana de más, sería de aún más estúpidos no aprovecharla. Y en mi camino hacia Camboya había dos estupendas islas que parecían de lo más apetecible. No hay mal que por bien no venga y nunca he necesitado de excusas para poder remojarme en el mar.

Ko Chang 04

Abandonaba Bangkok y abandonaba también la tarjeta de crédito olvidada en un cajero. ¡¡¡Ignaaaacioooo!!! ¡¡Otro minipunto!! ¡Furor! ¡Furor! ¡¡Nanananana!! Parada a mitad de camino llame a Europa, cancele tarjeta y demás burocracias. Afortunadamente acaba de sacar dinero. Ejem.

Ko Samet 01

Llegaba al alojamiento de Ko Samet tras un divertido viaje en autobús, ferry y furgoneta por las horrendas y embarradas calles de la isla. No era una isla grande así que decidí pasar el resto del día caminando por las playas, cuya arena no era ni tan fina, ni tan blanca, ni tan sedosa cómo me habría imaginado, pero lo compensaban con creces los azules cristalinos de las aguas. Absolutamente maravillosos.

Ko Samet 03

Mi segundo día en la isla en cambio fue completamente desastroso. Suma y sigue. Me despertaba con la divertida sensación de que algo (llámenlo comida en mal estado o virus) estaba divirtiéndose con mi sistema gastrointestinal. Vamos, que el retrete y yo nos convertimos en grandes amigos. El tiempo se había vuelto miserable y una lluvia tropical azotaba la isla. Y yo, en una nueva apuesta contra el azar, había contratado en la noche anterior un viaje en barco para hacer snorkelling por los alrededores. Envido más.

Ko Samet 04

Mientras la lancha motora se movía cómo el rayo por las aguas, la lluvia golpeaba con fuerza mi ya de por si maltrecho cuerpo. Lenta tortura. Aunque la falta de sol deslució los fondos marinos, lo cierto es que sí que eran bastante impresionantes. Corales y cientos de peces compartiendo las aguas transparentes. Realmente precioso, pero yo, helado, destemplado y ya con fiebre lo único que quería era llegar al hotel lo antes posible. Hotel que por cierto, cómo gran parte de la isla obviando los grandes resorts, no tenía agua caliente. Justo lo que necesitaba. Agua fría para quitarme los restos de sal. Me encapé cual cebolla con toda la ropa que tenía, ingerí alguna pirula medicinal, me embutí en las mantas y el saco y me dispuse a sudar. 13 horas después me despertaba. Más o menos recuperado.

Ko Samet 02

Era el momento de cambiar de objetivo. Cambiar la diminuta Ko Samet por la salvaje Ko Chang, la segunda isla más grande de Tailandia, donde la carretera principal en sorprendentemente buen estado, desconocía la horizontalidad. Desnivel del 30% por aquí, desnivel del 40% por allí, caminito para arriba, caminito para abajo. Me tuve que frotar los ojos cuando ví a un valiente (o ignorantemente atrevido) grupo de alemanes recorriéndola en bicicleta. A mi me cansaba sólo en moto.

Ko Chang 05

Ko Chang 03

Ko Chang es brutal. Una isla llena de montañas en las que parece imposible adentrarse. Hay trekkings de varios días por sus interiores, pero mucha gente se conforma con algunos más cortitos a pequeñas cascadas con claras aguas en ríos, donde darse un baño de agua dulce. De cualquier manera el mero hecho de que en una isla cuyo lado más largo apenas llega a 20 kilómetros tenga ríos y cascadas puede dar una idea de lo que se cuece en su selvático interior.

Ko Chang 08

Hay principalmente dos tipos de alojamiento en Ko Chang. Los resorts lujosos y los resorts aún más lujosos. Por en medio aún se cuelan zonas como White Sand Beach y la mucho más barata Lonely Beach, destino económico acorde a mis necesidades. Lonely Beach no hace honor a su nombre y siendo el principal punto de backpackers se encuentra en plena expansión y resulta batante excesivo. Party por aquí, party por allá y si te quieres ir a dormir más party en tu bungalow porque la música discotequera a todo trapo no para hasta que al DJ le dan calambres. O lo mismo paró por el vudú. No, por nada.

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Si esto no es lo tuyo hay otra zona, llamada Long Beach, situado justo en extremo más remoto. No sería sorprendente si apareciera de entre la selva y las palmeras un tal Señor Crusoe preguntando por su amigo Viernes. Llegar allí requiere las más hábiles dotes de conducción (o 4×4 de competición) y básicamente… no hay nada, salvo un pequeño alojamiento. La cosa va de extremos.

Ko Chang 14

Decidí darme otra oportunidad con el snorkel y esta vez sin fiebre, con un sol glorioso y con posiblemente los mejores fondos marinos que he visto hasta la fecha, gocé las cuatro inmersiones en zonas e islas remotas. Muy espectacular. Demasiado corto.

Ko Chang 11

Se acababa mi tiempo, se acababa mi visado y la semana extra que me había sacado de la manga a base de Bahts tocaba a su fin. Llegaba a Camboya, en modo viaje relámpago. El proceso es básicamente el mismo, das tu foto, rellenas unos papeles, pagas el visado camboyano, entras y para fuera. Pero para salir necesitaba el sello de salida Camboyano.

Ko Chang 12

– Sir, si quiere salir hoy, tiene usted que pagar 300 Bahts (6 euros).
– ¿Cómorl?
– Sir, si quiere salir el mismo día de entrada del país tiene que pagar 300 Bahts. Si no, pues se queda una noche en Camboya y mañana sale sin tener que pagar.
– Esto no tiene ningún sentido. Si yo tengo mi visa podré gastar el tiempo que quiera y salir cuando quiera, ¿no?
– No, se lo repito, sir, bla bla bla…
– bla bla bla…
– bla bla bla…
– bla bla bla…
– ¿Me podría decir donde aparece esa tarifa? Porque por aquí está el precio del visado y demás, pero no veo eso por ningún lado.
– Mire Sir, me cae usted muy bien, my friend. Pero si no paga, no se lo sello – zanjó.

Ko Chang 13

A sabiendas de que ese dinero iba directamente a su bolsillo pero que si me quedaba tendría que pagar transporte al pueblo más próximo, alojamiento y vuelta, me tragué por enésima vez mi bilis y pagué. Los puestos fronterizos de Camboya son lo peor. Siempre te cobran por todo, por gastos de tramitación, por que hoy es sábado, porque ahora es muy tarde, porque es la hora de comer. Fascinante.

Ko Chang 10

Pero bueno, volvía para Bangkok y tenía 15 días para disfrutar. Era la hora de aprender a bucear en las paradisiacas islas del golfo de Tailandia. Ko Tao, la isla tortuga, allá voy.

Ko Chang 15

Todas las fotos son de Ko Samet y de Ko Chang, en días soleados, claro. 🙂