(Trocitos de una ciudad que debería haber contado un 30 de Agosto de 2010)
Me enchilé.
La temperatura de mi boca seguía y seguía aumentando sin yo poder hacer nada por evitarlo. Casi convertido en dragón la cabeza empezaba a sudar y miré con desesperación a mis acompañantes. Con la campanilla incandescente iluminé la habitación cuando abrí la boca para preguntar: �Este picor va a seguir aumentando mucho más?�
(Mi archienemiga, la torta ahogada)
Yo, pobre alma perdida de débil paladar, me enfrentaba a una insignificante torta… ahogada. Bueno, semiahogada. Lo confieso. Menos de cuarto ahogada. Donde ahogada significa, literalmente, inundarla de salsa picante, de esa que hace llorar al mísmisimo diablo. Yo, consciente de mis limitaciones, había sustituido la salsa picante por una neutra de tomate y añadido una cucharadita de la picante. Sobrepasando las expectativas, me había excedido.
En mi defensa, señor juez, son pocos los bravos que ahogan el birote con carnitas completamente. Incluso he oido rumores de que hay quién se considera mexicano y olvidan completamente la salsa picante. Que conste en acta.
Sobreviví a la torta, no fue mala manera de darme contra la gastronomía de la preciosa Guadalajara. conocida por la perla de Occidente, la perla Tapatia, la ciudad de las Rosas, fue fundada por un castellano manchego que la llamo como su ciudad de origen allá en la Vieja España. Y desde entonces vaya que si ha prosperado. Tanto que su cultura (y la de todo Jalisco en general) se ha apropiado de la imagen del país.
¿Quién no relaciona México con el Tequila, los mariachis, los charros? Ciertamente no es lo único (ni mucho menos), pero si esa imagen que se aparece instantaneamente en la mente al hablar de él. Vamos, lo mismo que las Sevillanas en España (por más que nos pese esa redución) o los San Fermines (no os podéis imaginar la cantidad de gente que conoce esa fiesta por encima de todo, a la par que la Tomatina. No digo más).
Plagada de iglesias cristianas como la mayoría del país, fervientemente religioso, su catedral corona el casco viejo, rodeado de plazas, centros vitales de una ciudad orgullosa de si misma. No es para menos, sus soportales de piedra, sus calles limpias y coloridas la hacen una gozada para pasear.
Incluso hay quien se anima a recorrerla en calandria, una carroza de caballos, adornada generalmente con corazones y otros iconos de similar clase y que contra todo pronóstico lo usan mucho más los locales que los turistas. O quizás es que en una ciudad como Guadalajara los turistas son mayoritariamente también mexicanos.
Plagada de artesanías, los ya clásicos y abarrotados de puestos de comida llenos de gente como abejas de un enjambre y oh sorpresa, la confirmación de las tremendas dosis y dosis de supersticiones reflejados en mercados esotéricos, llenos de hierbas, pociones, amuletos y santos Cristos de las Calaveras. Plagados también de quién busca curarse un mal de ojo, que tu startup despegue, que tu alma se limpie o como enamorar a esa chavita que te trae loco.
Por sus calles deambulan todo tipo de personajes, buscavidas, mariachis a la caza de alguien o alguna pareja a la que serenatear (ojo, que suelen pedir unos 20 euros por canción) aliñados con vendedores ambulantes, cargados de juguetes, ropa y como no… comida. A estas alturas ya os estaréis haciendo una idea de que pasar por México es irresistiblemente un buen viaje gastronómico.
Pudimos acercarnos a la cercana localidad de Tequila, ciudad que dio nombre a ese destilado que tan buenas crudas lleva consigo al día siguiente. El proceso no tiene demasiado misterio, siendo lo más interesante, la planta de donde se obtiene. El agave. A primera vista un tipo de cactus cuyo oro está en su interior, despojado a base de machetes de sus poderosos pinchos. 10 añitos tarda en crecer la susodicha planta antes de ser recoletada, pelada, horneada, estrujada, fermentada, destilada un par de veces y rebajada con agua para quedarse en unos clásicos 40º de graduación.
Me comentaban, aunque yo no lo hice, que hay un mítico tren que responde al nombre de Tequila Express, que cruza los campos del agave, desde Guadalajara para llegar a las fabricas mientras se chupan caballitos de tequila. Vamos, una manera como otra cualquiera de simular que vas de acto cultural para acabar con una melopea de las buenas. Que tomen nota quien le interese. Yo simplemente lo dejo caer.
Tuve la suerte de coincidir en plenas celebraciones con la ciudad. Uno podría pensar que soy un tipo afortunado que va enganchando por la magia del azar festividades por donde paso, pero eso tiene poco que ver con el azar en México. Siempre hay festividades en todos los sitios. Siempre. Si no es una cosa, será otra, siempre hay una excusa para engalanar la ciudad y montar una buena pachanga.
En este caso, coincidió con el festival de mariachi tradicional y charrería. Conceptos que pasaré a describir a continuación, por si hubiera algún perjudicado por el agave fermentado que no los tuviera claro.
Reconozco que nunca había sido un gran fan del mariachi, pero cuando recién llegado a Guadalajara me llevaron a verlo, aluciné. Ese chorro de voz, aderezado con metales, violines, vihuela, guitarrón y guitarras, me encogieron el corazón y me quedé ensimismado, atrapado por la música. Ciertamente, si no es en vivo y en directo, no es lo mismo, me cuesta imaginarme a mi mismo escuchando mariachi ya grabado, sin verles portentosos con sus trajes de gala, con adornos plateados, chaleco y pañuelo al cuello y cantando tragedias y dramas amorosos.
El mariachi tradicional, en mi opinión, carece del glamour del moderno, pero es más directo, más fiestero, más humilde, más de la gente, para y por el pueblo. Grupos venidos a lo largo y ancho del país a cantar y bailar sus tradiciones, cada cual son su ritmo, incluso alguno añadiendo arpa o acordeón. Me maravilló. Me enamoró ver a tanta gente de todas las edades disfrutando y participando de algo tan en peligro de extinción. No son muchos los grupos de mariachi tradicional que sobreviven.
La charrería en cambio me pareció tan imponente que sólo me quedó sentarme a disfrutar. El Charro, similar el gaucho argentino, al llanero colombiano, incluso al vaquero estadounidense, representa al hacendado, a los señores que tienen tierras y caballos, jinetes que originariamente se daban a las labores de ganadería a lomos de corceles.
Un lienzo charro es en definitiva, una muestra de las habilidades de estos ganaderos para con sus animales. Las suertes charras. Desde demostrar la doma del equino, hasta seguir y derribar un novillo, montar un toro bravo hasta que se quede sin aliento, usar el lazo con tremenda habilidad y florituras, tanto a pie como a caballo, para atrapar a yeguas o novillos y le paso de la muerte, saltar de un caballo a otro mientras ambos corren al galope. Todo tan espectacular como pueda uno imaginarse. Ah si, acompañado de más tacos, quesadillas, gringas, carnitas y más nombres de esos que uno se acostumbra a oir por aquí.
Fue ahí, en Guadalajara, donde alcancé la nada desdeñable edad de 32 castañones, rodeado de nuevos amigos, que no dudaron en hacerme sentir como en casa, incluso cocinando para mí. ¿Han oído hablar del Pozole?
Pues investiguen, investiguen, que yo descubrí los límites de mi estómago en sendos platos hondos, con un poquito de chile, claro. Que hay que irse acostumbrando. La adaptación. Cuestión de supervivencia.
Para Mariana, Lulu y Sergio, por su tremendamente generosa hospitalidad (y la habitación de la Emperatriz)
Oh! ¡MUCHAS FELICIDADES! que bonito que te hayan tocado acá en México y porsupuesto que te hayan festejado, y sí porsupuesto que conozco el pozole, supongo que el 99% de los mexicanos lo conocemos, aunque no son muy fan de ese platillo, prefiero otros tambien muy populares y porsupuesto muy «picosos»
Ahhh que mal lo de la torta ahogada, pero que conste que te advertí!!
Saludos.
Que bueno verte soplar las velas sentado a la mesa de la mama de Sara! Y muy chula la camiseta 😉
Sin duda, sabes sacarle todo el jugo a los lugares que visitas.
Muchas gracias Nacho! ya esperaba con ansia la entrada del blog donde hablaras de mi ciudad, que bueno que pudiste probar algo de la comida típica, sobre todo las tortas ahogadas que son originarias de Guadalajara y claro que acompañadas de una estrellita. De haber sabido que era tu cumpleaños en esos días te hubiera hecho un pastel 😉
Saludos!
Eligirías la botellita en la que pone «Contra Todo», ¿no? ¿Para qué comprarse cualquiera de las otras?
Ains… eso de no vernos en la mesa de celebración cumpleañera no me cuadra! Pero bueno, se ve que te cuidaron. Andeleeeee!
No sabía que ahora pintaras (Guadalajara 16)
Que bueno que te este gustando mi país, no se donde sea tú próxima parada pero si llegas a andar por Toluca (Donde vivo) o requieres apoyo para ir al DF avìsame por correo y con gusto te ofrezco mi casa y mis servicios de guia que enamorado de mi ciudad (el DF) con gusto te llevo a conocer en recompensa a todos los viajes fantasticos que nos has dado a tus lectores.
Saludos y cualquier cosa apoyo o demas que se te ofrezca no dudes en contactarme
Wooow!!!! No manches!!!!!! Me encanto este relato, me puso la piel de gallina, de verdad que si le sacaste jugo a mi preciosisima ciudad, me hubiera gustado darte yo ese tour en lugar del de Queretaro, pero ni hablar. Pero que fotos tan impresionantes!!!!! Un abrazote!!!
Pues feliz cumpleaños antes que nada!! (un poco atrasado pero no hubo aviso previo). Y pues ya espero con ansia saber que nuevo lugar te espera por acá en México. Y pues reiterando mi invitación a visitar mis tierras San Luis Potosí, que ya sabes que aquí tienes un guía. Saludos
Muchísimas felicidades!!!
Vaya recuerdos que me traes de mis vacaciones… y por supuesto preciosas fotos!!!
Yo al final tenía la sensación de que toda la comida mexicana consistía en lo mismo (por muchos nombres que tengan), pero eso sí, todo buenísimo!
Tras probar con cantidades industriales de cerveza, te das cuenta que ese picor no se va, y es cada vez mayor!!! No pica? espera, espera, decian… Un truco que nos aconsejaron (aunque no me atreví a probar), contra el picor: Sal. Ya me contarás si tu te animas a probar el remedio…
Un abrazo!!!
Felicidasdes atrasadas también de mi parte. Parece que México está dando mucho de si, desde luego esta es la imagen que yo tenía de México desde mi desconocimiento, no sabía nada de la de los post anteriores.
Solo de pensar en lo que comentas de la gastronomía se me hace la boca agua… y también me parece curioso la cantidad de música que parece haber…
Muchísimas felicidades, una muy buena celebración rodeado de cultura, colores, picante y fantásticos anfitriones 🙂
me encanta la botellita de ‘contra todo’, anda, tráenos una (si es que te dignas a volver algún día claro, que yo ya tengo serias dudas :-)), bsts
Me ha encantado la descripción tan fiel que haces de Guadalajara mediante el texto y las fotografías. Haces que uno piense que te refieres a otra parte del mundo cuando en realidad hablas de mi propio país, y es tan grato que si sólo de expresarlo se tratara te diría que viajaras a cada rincón de mi país y le conocieras muy a fondo y no te fueras si no dentro de muchos años jeje� Hay cosas tan maravillosas que aún muchos no conocemos, y por ahora tú tienes la dicha de ello. Sigue Ignacio, sigue por favor conociendo mi México y experimentando cada aspecto de su esencia, captúralo en tus fotos y plásmalo con esas palabras que muchos hemos de leer una y otra vez. Es un placer leerte, y sobre todo, ofrecerte nuestra humilde hospitalidad pese a la distancia o a lo impersonal que pueda parecer este medio. Te deseo una estancia maravillosa y una serie de experiencias exquisitas, tanto en el aspecto gastronómico como en cualquier otro. ¡Un fuerte abrazo!
Se nota una ciudad vibrante y tranquila a la vez, con mucho colorido y la calidez de la gente en sus rostros. Se me hace la boca agua de pensar en esa gastronomía tan variada, y el riesgo de pasarse la mano con el chile, jeje.
Que bueno que a pesar de pasar tu 32 cumpleaños lejos de la familia y el hogar, siempre hay alguien que te recibe con los brazos abiertos y te hace pasar momentos que siempre llevarás grabados contigo.
Un saludo!
Hace mucho que no comento en tu blog. Me encantó tu post! Y pensar que en unos días estaremos en la bella Guadalajara 🙂 Qué emoción!!!!
Saludos!
pozole, pastel, tequila, mariachi y cumpleanios vaya que disfrutaste guadalajara y como no hacerlo. Por cierto veo que hicieron pozole blanco de hacerlo rojo hubieras sacado otra lagrimita :P.
Feliz cumpleanios un poco tarde pero ya ves que hasta ahorita salio la publicacion -_- jaja ntc, felicidades, saludos y hasta la proxima.
Pues nada… Estas son las mañanitas que cantaba el rey David y por ser día de tu santo te las cantamos a ti… jajaj (letra versionada jaja)
Feliz cumpleaños y sobre todo felicidades por tener una mirada fotográfica tan interesante.
A seguir en movimiento!
Saludetes.
Gracias por llevarnos en tu mochila. Quién pudiera dar la vuelta al mundo cámara en mano como tú.
Suerte amigo!
Alesi, pero es que mi pozole era supercasero!!
Carmen, gracias!! La camiseta regalito de los Luna. 🙂
Ac Jarit, o al menos se intenta!
Daniel Aréchiga, las tortas ahogadas… esa maldición adictiva! 🙂
Japogo, eso mismo digo yo, contra todo al poder!!! Siiiii… este año no hubo celebración conjunta! mecachis!! 🙁 🙁 nos resarcimos con una comilona en breve y hacemos que fue Agosto, te parece?
Oria, pintar pintar poco… 🙂 jejejeje… pero en su momento si que lo hice. Fíjese usted.
Juan Gutierrez, muchas gracias!! Ya pasé por DF y ahora pasaré muy brevemente por allí, marcho corriendo hacia el sudeste!! De cualquier manera, mil gracias!!
Nancy, otra vez será. DE cualquier manera no te subestimes como guía de Querétaro! lo hiciste muy bien. Y me reí un montón!! 🙂
Carlos Zubieta, me hubiera encantado, pero creo que será imposible cuadrar San Luis en el planning. Deberíais vivir en un país más pequeño! jajaja! Un abrazo y gracias!
Memoriadepez, cuanta razón! que manía de cambiar los nombres una provincia a la otra verdad? Con respecto a la sal, si, efectivamente. Eso fue lo que me dijeron: come sal! Come sal!! (se me olvidó comentarlo en el post). Beber es fatal, porque distribuye el picante por toda la boca… sigh!!
Borque, México es en si mismo tremendamente musical! 🙂
Pati, y que lo digas!!
Yoda, que si… que volveré en algún momento! jajajaja!!
Eduardo, tengo que confesar que hay algo extraño en que leais de vuestro propio país mis posts!! jeje. No se si estaré metiendo mucho la pata, pero de cualquier manera me alegro que os guste. 🙂
Javier I. Sampedro, el mundo está lleno de gente buena y fantástica (a pesar del picante que le echan a la comida!) Fue un cumpleaños muy muy especial! 🙂
La Emperatriz, a sus pies!!
Monchoman, se dieron cuenta que el picante y yo no eramos del todo compatible y tuvieron clemencia. El picante lo pusieron a parte para el que quisiera y si… se volvía el pozole rojito rojitoooo
Echobelly, si vieras la cara que se me quedó cuando me lo cantaron!!! 🙂
dreamflow, muchísimas gracias!!
🙂