(Post que llegó hoy, pero que de acuerdo con el calendario maya lo hizo un 20 de Octubre de 2010)
Por muy interesado que uno quisiera concentrase en la civilización maya, los restos de Tulum perdían el protagonismo que les robaba el Caribe Mexicano. Era imposible concentrarse en las que antaño fueron ordenadas calles sin desviar la mirada hacia el jade verdoso azulado de las aguas del mar.
Lo que nos llevaba a la conclusión de que si los mayas fueron probablemente los más avanzados de todas las culturas mesoamericanas, los que habitaban Tulum eran los más listos de todos ellos. Reconozcámoslo, vivir en la inhóspita selva, entre tucanes y con el jaguar por ahí rondando puede ser de todo menos un planazo, pero colocar tu ciudad mirando a ese precioso mar era una apuesta ganadora de todas todas.
No es la única de las antiguas ciudades mayas que esta esta colocada admirando el mar. Otras cuantas quedan aún por la costa, bajando hacia Belice y Honduras, en lo que era un sistema de mercadeo naval entre ellas. Porque los mayas no fueron sólo unos, sino unos cuantos (dicen que en su máximo esplendor podían rondar los 13 millones de habitantes) y cada lugar tiene su propia personalidad.
Lo que no quita, que tras ver unas cuantos, uno alcance su grado de saturación maya, pero hasta que eso ocurre, no queda sino imaginarse lo que fue y como encajaba en mitad de tantas selvas. Básicamente, y así, a ojo de buen cubero, cada montañita que se ve por Yucatán es porque alberga en su interior una pirámide maya.
(Como esta… montaña que alberga una pirámide maya en Ek Balam)
Pirámides, muchas de las cuales siguen hoy en día devoradas por la vegetación, pero a las que basta acercarse un poco para ver entre raíces y hierbas los restos de piedras que una vez fueron un glorioso templo. Y de todas maneras si la imaginación no es lo tuyo, siempre quedan las partes recuperadas, que se alzan con una pendiente vertiginosa sobre la frondosidad de las selvas.
No solo desarrollaron una arquitectura fabulosa, sino que además, estaba llena de significado. Sus construcciones estaban perfectamente orientadas, como una brújula, actuando como precisos calendarios que les ayudaban, entre otras cosas a tener un control sobre sus cultivos.
Tenían tablas de eclipses, inventaron el número cero (que dicho así parece una coña, pero a alguien tenía que ocurrírsele) lo que les permitió un amplio nivel de matemáticas. Es curioso comprobar como cosas como las ciencias han evolucionado de manera muy similar en entornos muy diferentes a lo largo del mundo sin estar interconectados.
Sus conocimientos científicos contrastan enormemente con los sacrificios que hacían. Sacrificios humanos, por supuesto. Desde sacar el corazón de las víctimas, hasta arrojar a vírgenes a pozos de agua, arrancar genitales, decapitaciones y autosacrificio. Que mejor honor para uno que servir para apaciguar a los dioses.
No era único de los mayas, sino de todos los pueblos mesoamericanos, así que podéis imaginaos el percal que se encontraron los españolitos cuando llegaron. Algo más alejado de la visión romántica esa de llegar a una civilización fantástica y preciosa. Los hispanos, que no eran hermanitas de la caridad precisamente, seguro que acabaron en shock en el momento que entraron en ciudades con ríos de sangre. ¿A donde hemos venido, Cortés? ¿Donde nos has traído? Estos están piraos. Turu-turu.
Y ciertamente tenían sus cositas, cómo por ejemplo, la deformación craneal. Si, mira, que una cabeza así redondita no nos gusta. Vamos a estirarla ahora que eres un bebito y te la vamos a dejar como un cono. Y ahora ven tu con tu piercing y me lo cuentas.
O nos limamos los dientes, nos perforamos la ternilla nasal para incrustar pedazos de jade, o nos quemamos la cara para que no nos crezca la barba (que queda muy fea), y si conseguimos que seas bizco, entonces ya tenemos el canon de belleza ideal. De tatuajes y perforaciones de labios y orejas, ya ni hablamos, que eso es el pan nuestro de cada día.
(Varios ejemplares de Toloc… o el bicho más común en todas estas zonas)
Así se las gastaban los hijos del maíz. Porque de ahí pensaban que venían ellos, de pasta de maíz, o al menos eso aseguran las leyendas. Los dioses estuvieron haciendo pruebas para crear nuevos seres sin demasiado éxito. Los primeros los hicieron de madera, pero no tenían sentimientos, así que les condenaron a muerte. Borrón y cuenta nueva. Todo fue destruido.
Decidieron reintentarlo con maíz. Con pasta de maíz, aunque si que introdujeron partes de madera para que fueran más rígidos. Pero estos tenían otro problema. Comprendían perfectamente todo lo que les rodeaba, lo sabían todo. Y eso les volvió orgullosos. Así que los dioses para castigarlos redujeron su conocimiento. Ahora, habría muchas cosas que desconocerían. Ahora sí, habían aparecido los primeros mayas.
Crearon más tarde a la mujer y los mayas empezaron a multiplicarse y a poblar la tierra. Y los dioses quisieron, que hubiera unos mayas más dotados que otros, más listos y sabios, y estos serían los elegidos de los Dioses, los Sacerdotes.
Aparte de que está última línea seguro que la introdujeron los propios sacerdotes, resulta curioso como el maíz, base del sustento alimenticio de todos los pueblos mesoamericanos (en europa tenemos el trigo, en Asia el arroz y en América el maíz… aquí cada cual con lo suyo) adquirió proporciones divinas. No es de extrañar su veneración hacia su principal fuente de subsistencia, creando en el camino una mitología que lo abarque.
Entre los restos mayas están la que dicen que es una de las nuevas maravillas del Mundo. Chichén Itzá. Dejemos claro lo irrisorio de estas nuevas certificaciones que un señor se sacó de la chistera y que lógicamente no han sido ni reconocidos por la Unesco, por múltiples motivos, el primero es que se hizo por votación popular (donde hubiera teléfono, claro) en lugar de por un comité de expertos en arte o historia (Vamos, como si en España se eligieran las figuras más relevantes de nuestra historia por votación popular, ahí tendríamos a Chiquilicuatre y la Esteban en lo más alto).
Así que toda esta maquinaria de marketing, que es lo que fue en realidad, no hace sino incrementar las arcas de la propia Chichén Itzá. Masificada de turistas que claro, no se pueden perder la �maravilla� del mundo, se agolpan a la entrada decenas de autobuses. Cling. Cling. Pasen por caja. Os cobramos además, el triple de cualquier otra entrada a cualquier monumento arqueológico a lo largo y ancho del país, pero os incluimos en el precio un espectáculo de luz y sonido nocturno que da vergüenza ajena. Lo incluimos, por que si no, a ver quién paga por esto, y así nos aseguramos que los hoteles de alrededor tengan clientela cada noche.
Total, que quitando la descarada cara comercial de Chichén Itzá. ¿Que nos queda? ¿Merece la pena? Pues nos queda una pirámide reconstruida muy digna, muy bien reconstruida (un par de caras nada más, para que salgan bien en las fotos) que tiene mucha importancia astronómica y que resume un poco todas las virtudes de los mayas.
Atentos al siguiente ejemplo de precisión: dar una palmada en determinados puntos se transforma en el sonido de un ave quetzal. Es impresionante. Oyes al pájaro gritar en cada palmada. La misma estructura además, tiene un curioso efecto en el solsticio y equinocio. Los primeros y los últimos rayos del día, iluminan perfectamente la escultura del dios Kukulkán (la versión maya de Quetzalcoatl) simulando el descenso de la serpiente emplumada por el templo. Todo un alarde de conocimiento astronómico convertido en una maravilla arquitectónica.
(Simulación de la iluminación de Kukulkán bajando por un lateral del templo de Chichén Itzá)
Así son los fascinantes mayas. Genios y figuras. Incluso hubo quién opinó que nunca fueron humanos sino extraterrestres o que al menos vida de otros planetas les ayudaron a alcanzar su nivel de conocimientos tan sorprendente. Después llegarían los españoles y acabarían con un modo de vida que si bien ya estaba en decadencia, acabaría por desaparecer.
No así los propios mayas, que siguen sobreviviendo a lo largo de las tierras de sus ancestros. Mucha gente sigue hablando alguna de sus múltiples formas de maya, en detrimento de un castellano cada vez más tarzanesco y básico. Los bisnietos de los bisniestos de lo que fue una civilización poderosa, aún siguen por la tierra y se resistirán a abandonarla.
Todas las fotos de este post corresponden a las zonas arqueológicas de Edzná, Uxmal, Chichén Itzá, Ek Balam y Tulum
Hola! 🙂 Menudas fotos!!! Qué ganas de bañarse allí! Y que envidia! (si ya tenía ganas de ir a Mexico, con tus últimos reportajes, todavía más!)
Hace un tiempo que sigo tus posts por tierras americanas, y tengo una pregunta: este mega viaje te lo financias tú y es puro hobby, o eres mi ídolo y has conseguido que te paguen por viajar? 😀
Tremendas tus fotos, bravo! Y a seguir viajando!
A mí todas esas historias de arquitectura interactiva me parecen la bomba! Y para los tiempos que corrían, más aún.
C U!
Tus fotos son increíbles, muy del estilo al que nos tienes mal acostumbrados. Yo las veces que he estado en Tulum no estaba el cielo tan despejado así que creo que el clima te dejo poder apreciar esos azules mágicos que tiene su playa.
A mi me encanta toda esa zona; sus selvas, las ruinas mayas… me gusta mucho todo!
Me encantó la foto en la que la luna se pone celosa de El Castillo en Chichén Itzá. Saludos y que sigas disfrutando del último tramo de tu aventura… suerte!
Hola Ignacio!
He conocido hace poco tu pagina y estoy devorando los posts que tienes desde el 2006!!! Me va a costar ponerme al dia jajaja
Pero me parece impresionante lo que estas haciendo ahora!! Aqui tienes un nuevo lector a partir de ahora 😉
Ignacio, no sé si bajarás hacia El Salvador, digan lo que digan, que no te asuste, y atrevete a ir a la ruta de las flores y al parque nacional El Imposible, no tienen desperdicio! Suerte y sigue disfrutando tu viaje. Enhorabuena por ser finalista en bitácoras y en 20blogs!
cada día babeo más con tus fotos!
Unas fotos fantásticas.
Es verdad que a partir de un cierto número las ruinas saturan. Chichén Itza es bonita, pero las hay igual de impresionantes, encima a partir de cierta hora de la tarde es una aglomeración por la ruta Cancún-Riviera Maya-Chichén Itza.
Un abrazo!!!
Roser, todito con mis ahorros…
Japogo, espectacular, verdad? Con el ruido del Quetzal me quede loquísimo…
Daniel, Tulum es espectacular la verdad… (y el espectaculo nocturno de chichén Itzá es de lo peor que he visto, una auténtica tomadura de pelo)
Daniel Morales!! Que valor!!! ánimo! espero que los disfrutes! 🙂
SER, muchas enhorabuenas a ti por haber sido el flamante ganador de viajes de este año!! 🙂 Gracias por los consejos, pero ya cierro el viaje en esta ocasión tras México. Lo demás quedará para un futuro, espero que próximo!! un abrazo!!
Memoriadepez, a Chichén Itzá yo llegué a media tarde y después de ver la que había montada fuera, me fui a buscar un hotel y madrugué al día siguiente. He comentado ya que soy un enfermo y entré el primero? 🙂 jajajaja!!!
Saludos!!!
Pues nunca he visto el espectáculo de Chichén Itzá, pero me imagino como debe ser, no se me antoja y menos con tu recomendación.
Pues nada, más simple que un botijo. Sin cambiar colores en todo el tiempo, sólo encender y apagar luces. Después de ver lo que montaron por ejemplo en el bicentenario sobre la fachada de la catedral, o las proyecciones al menos con imágenes sobre la catedral de Morelia, y con la cantidad de gente que visita Chichén Itzá cada año ya podrían currárselo un poco más… Mucha maravilla, mucha maravilla, pero pa ná!
Menudas playas… que agua!!!
En lo de las maravillas tienes toda la razón, es imposible clasificarlo todo, aunque solo sea por los subjetivo que es…
Borque, y sobre todo porque era como si lo organizo yo… 🙂