Ahí te dejo, Madrid.

Mañana te abandono una temporada. Siento vértigo, siendo ilusión, siento emoción. También, no voy a mentir, siento una miajina de miedo.

Después de mucho tiempo dándole vueltas, pensándolo e imaginándomelo, mañana me lanzo a intentar cruzar los Balcanes Occidentales. A pie. Solo. Con mi mochila. Con una tienda de campaña. Eso sería todo.

Me esperan unos 1300 km y algo mas de dos meses en el afán de atravesar los Alpes Dináricos. Si todo sale bien atravesaré Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Albania en una ruta que promete ser tremendamente exigente pero que a cambio debería ser tremendamente salvaje, bella, única, épica: El White Trail de la Via Dinarica.

Ahora con la mochila cerrada y mirando al vacío, a la gelidez de la incertidumbre, me asaltan las dudas, las sospechas de que quizás me he metido en algo que me sobrepasa, pero al del espejo que me mira asustado solo puedo decirle que no queda sino intentarlo. Que tal y como dice mi buen amigo @danielhare quizás no tendremos “Manual de Supervivencia”, pero lo que no podemos, de ningún modo, es darle la espalda a las Super-Vivencias.

Estamos vivos, seguimos aquí. Tenemos la obligación de disfrutarlo.

Deseadme suerte. Nos vemos en las montañas.