(Descarga el mapa a más resolución)

Refugio de Jou de los Cabrones – Refugio de la Terenosa.

Distancia: 13,2 km.
Desnivel Positivo: 238 m.
Desnivel Negativo: 932 m.
Duración: 6 horas.

Descarga Ruta GPX (Wikiloc)

(Perfil de la Etapa)

12 de Julio de 2019

Oí al refugio despertarse, pero esta vez fui yo el último en levantarme, incapaz de moverme. La noche había sido horrible y había dormido apenas nada. Estaba agotado de la etapa anterior y mi cuerpo solo pedía descanso pero una vez que me atrapaba el sueño y realizaba cualquier movimiento ya dormido me despertaba el dolor de unos músculos destrozados, de una rodilla que suplicaba clemencia y de unas piernas llenas de heridas. Mal asunto, Sam.

(El Pico de los Cabrones y las Agujas de los Cabrones desde el Refugio de Jou de los Cabrones) 

Desayuné ya solo. El resto de los pernoctantes ya se habían puesto en marcha y seguían su ruta hacia picos, valles y collados y yo apuraba el café, las magdalenas y las tostadas con el hambre del que había optado por ataúd a la cena. Preparé el equipo con calma, después de todo tenía una etapa no demasiado complicada. Desde el refugio me dieron gasas para proteger en interior desollado de mis piernas, me cambié los compeed y con toda la calma del mundo empecé a caminar.

(Mimetizado entre tanta piedra, el refugio de Jou de los Cabrones) 

(La subida hasta la Horcada Arenera) 

(El recorrido hasta la Corona del Rasu: abajo del Valle, para los que tengan la vista más aguda y lo sepan reconocer se ve el Refugio de la Terenosa y la carretera que lleva hasta el parking del collado de Pandébano)

La rodilla se erguía en portavoz de quejas de un cuerpo que no sabía que había hecho para merecer semejante dueño. Completé con calma y paciencia los primeros kilómetros de subida hasta la Horcada Arenera, desde donde el camino llanea un poco hasta alcanzar la Corona del Rasu. Era el momento de detenerse y disfrutar de la vista delante de mi, se elevaba uno de los más famosos gigantes del Picos de Europa, el Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes (al que he llamado de demasiadas ocasiones Naranco, que es un monte de Oviedo). Aunque como dice la sabiduría popular quizás debería dejarme de lío y llamarlo siempre Picu Urriellu:

«Por qué me llamas Naranjo,�

si yo naranjas no tengo: �

Llámame Picu Urriellu, �

que es mi nombre verdaderu».

 

(El Picu Urriellu y el refugio a sus pies) 

El refugio a sus pies se veía diminuto, como todo lo que tiene que ver con el hombre en estas montañas. A lo lejos, hacia el Noreste, ha aparecía para quién lo conociera (yo lo hago ahora con las fotos) el Refugio de la Terenosa, mi destino, y algo más lejos el collado de Pandébano, donde se encuentra otro de los Parkings que dan acceso al parque y que permite acercarse ida y vuelta en un mismo día hasta el Refugio Urriellu.

(La senda que ha de llevar hasta Collado Vallejo y la Terenosa) 

Pero no iba a ser tan sencillo llegar hasta él, tocaba atravesar la Brecha de los Cazadores. La definición de brecha le viene al pelo a esta herida abierta en la roca, este canal casi vertical que era el único acceso hacia la Vega de Urriellu. Allí había cadenas a las que amarrarse en una bajada de vértigo que desafortunadamente ya se ha cobrado alguna que otra víctima. La bajé con calma, sin prisa, usando las posaderas, que en ese día eran lo único que no estaba demasiado dañado y mantenía la dignidad.

(El camino tras salir de la Brecha de los Cazadores) 

Salvado este último escaño alcanzaba el Refugio de Urriellu. Buen momento para descansar las piernas, estirar y dar buena cuenta del bocata bajo la sombra del titán. El refugio estaba bastante animado y en su pradera se tumbaban unos cuantos excursionistas. Disfrutando de las vistas. En la entrada del refugio un guía hablaba con otro grupo de visitantes advirtiéndoles sobre el Parque. Agucé el oído mientras masticaba.

�La gente no se imagina lo jodido que es Picos�, decía. �La gente se confía con eso de que es Asturias, pero aquí apenas hay agua y como te pille un día de calor por arriba las pasas putas�. Era una advertencia directa y clara. Yo asentía para mis adentros. Si te contara, pensaba. Si yo te contara.

(A los pies del Picu Urriellu)

Mientras tanto, la gente sacaba prismáticos para observar la zona, reconocer picos y buscar en la pared vertical del Picu Urriellu a escaladores que se adherían a la pared como lagartos. Es uno de los picos más populares de escalada y normalmente los escaladores, saliendo del refugio lo completan en una jornada entera, aunque supongo que alguno se habrá tenido que quedar a dormir hay colgado.

(Valientes escalando el Picu)

Era el momento de la bajada. Me esperaban unas casi tres horas hasta alcanzar el Refugio de la Terenosa, cosa que no contaba con el aprobado de la rodilla, a quién el impacto de cada pasado en descenso le hacía ver las estrellas. Me ayudaba de los bastones (mis fieles compañeros en los trekkings desde hace mucho) y caminaba lo más tranquilo que la pendiente me permitía. Alcancé el Collado Vallejo y es un buen momento para girarse y ver el camino de descenso, apreciar la pendiente que me había de sacar de esas rocas que tan mala vida me habían dado.

(Vistas desde Collado Vallejo, mirando hacia el camino que ya llevaba recorrido. A la izquierda el Picu Urriellu, a la derecha el Neverón de Urriellu)


(Bulnes al fondo del Valle)

Desde allí, desde el Collado Vallejo se podía disfrutar de una imagen impresionante del Picu Urriellu así como del Neverón de Urriellu. El calor volvía a apretar, pero ya me quedaba una bajada mucho más suave hasta encontrarme con el refugio de la Terenosa. Mi destino final de la jornada.

(El refugio de la Terenosa, al fondo el Neverón de Urriellu y Los Albos a la derecha)

El refugio de la Terenosa es uno de los refugios más básicos (si no el más) de todo el recorrido. No tiene duchas y normalmente su único baño es un WC portatil químico de plástico que se encontraba averiado. Arrastraba aún el sudor y la sal de la jornada anterior y habría dado mi rodilla (la mala, claro) por una ducha de agua caliente, pero sin tenerla aproveche el pequeño chorro de la fuente, una cantimplora y me duché como buenamente pude sintiendo el alivio del agua aunque fría sobre mis músculos doloridos.

(Esquema del descenso de la etapa)

A cambio de la sobriedad espartana del refugio debería decir que en la Terenosa es de los refugios en los que mejor comí (y os aseguro que la comida en general en los refugios es bastante buena), así que ninguna queja por mi parte. Había llegado pronto, tenía una vista privilegiada de las montañas y una tarde de poco movimiento para intentar recuperarme lo máximo posible.

Pensaba aprovecharlo.

(Al fondo, Sotres. Se puede ver a la derecha y cuesta arriba el camino que me tocará tomar mañana)

Después de todo, ya había atravesado el ecuador del Anillo y eso, a pesar de todo era motivo de celebración. Confiaba en la recuperación mágica del descanso. Al día siguiente tocaría cambiar de Macizo y cruzar hasta el Casetón de Ándara.

Más info: Consejos para organizar el trek del Anillo Integral de Picos de Europa | Refugio Jou de los Cabrones | Refugio la Terenosa

Recuerda viajar con seguro de viajes, que cubra todos los problemas tanto médicos como de otra índole que puedan surgir. Especialmente importante si vais a hacer trekkings por las montañas. Os recuerdo además que si lo queréis lo podéis contratar en este enlace y usar el código CRONICAS10, tendréis un 20% de descuento, solo por ser lectores de este blog.